A la Procesión de Viernes Santo, liderada por el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, con la imágenes del Santo Niño Doctor de Tepeaca, El Señor de Las Maravillas, Jesús Nazareno de San José, la Virgen de El Carmen, La Virgen de la Soledad, Jesús Nazareno de Analco, el Señor de la Misericordia y el Cristo de Expiración, en compañía de miles  de cristianos, se unió por segundo año consecutivo el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Además, el alcalde Adán Domínguez Sánchez, arribó a las 11:40 horas, el ejecutivo llegó 11:50 horas, el resto de la Universidad Anáhuac, José Mata Temoltzin a las 11:05 y el rector de la UPAEP, Emilio José Baños Ardavín, como buen anfitrión una hora antes de que Monseñor, con ayuda del Obispo Auxiliar Francisco Javier Martínez Castillo, comenzar a bendecir las nuevas andadas doradas de El Señor de Las Maravillas.

Entre vítores de viva el Santo Niño Doctor y viva El Señor de Las Maravillas, comenzó la procesión de Viernes Santo, recordando el Calvario por el que pasó Jesús.

Monseñor Víctor Sánchez vivió también su propio calvario por la recuperación de la cirugía de cadera y rodilla, desarrollada en Guadalajara, la segunda quincena de enero.

El Arzobispo, quien recientemente cumplió dos décadas de estar al frente del Arzobispado poblano, ayudado por un bastón, subió a un carrito, como los que usan los golfistas para procesionar y vivir su propio calvario. La unidad motora la prestó la UPAEP.

Sánchez Espinosa, después de su intervención en la Perla Tapatía en Puebla, al sentirse totalmente rehabilitado, sufrió dos caídas, que ahora lo tienen caminando con dolor y bastón.