Siempre que se hace el anuncio de un nuevo gabinete, la especulación genera una cascada de nombres, muchos de ellos, más promovidos por los propios aspirantes, que por la veracidad de sus nombramientos.

Cada gabinete implica la primera señal del sello y estilo del nuevo gobierno. Pero también una señal del fondo y la forma con la que el gobernador entrante ejercerá el poder.

Sin embargo, dadas las circunstancias políticas y personales, el gabinete que anunciará esta tarde Martha Erika Alonso, representa mucho más que cualquier otro gabinete de los anunciados en anteriores administraciones.

Aquí las razones.

En primer término, la principal expectativa es la delimitación o no con su esposo y su grupo político.

En segunda instancia, está el descartar o no la complicidad del PRI en el proceso electoral de Puebla.

En tercero, su condición de mujer y el equilibrio de género en las carteras del gabinete legal y ampliado.

En cuarto lugar, el reparto partidista para una gubernatura lograda a través de una coalición multicolor.

Y por último, la quinta y no menos importante, el nombramiento de poblanos o de personajes foráneos, cuyo arribismo fue seriamente criticado a Moreno Valle.

Desmenuzando estos temas, el más delicado sin duda para la gobernadora es el lograr un gabinete abierto, que confirme el discurso de campaña en el que se deslindó de Moreno Valle, al grado de denunciar violencia de género contra quienes quisieron ligarla a su marido.

De ahí que este sea el punto más complejo de los cinco citados.

Hay que reconocer que Martha Erika —independientemente de su relación marital— pertenece a un grupo político en el que están incrustados esos mismos personajes.

Si el gobernador electo fuese Luis Bank —o cualquier otro miembro del morenovallismo—, veríamos natural que nombrará a algunos miembros del mismo equipo.

Resulta imposible inventar una nueva clase política, cuando provienes de un grupo que ya ha gobernado.

Sin embargo, en el caso de Martha Erika, la condición de haberse desmarcado durante la campaña para no cargar con los pasivos del marido, nos lleva a soñar con el arribo de nuevos nombres a su gabinete.

Desafortunadamente, los nombres hasta ahora barajados, apuntan a personajes más cercanos al senador que a la gobernadora.

Hagamos un repaso por los morenovallistas puros: Luis Banck, Eduardo Tovilla, Michel Chaín, Max Cortázar, Eukid Castañón, Diego Corona, Jesús Rodríguez Almeida, Fernando Rosales, Blanca Jiménez, Jorge Aguilar, Susana Riestra y Patricia Leal.

En contrapeso, nombres más ligados a Martha Erika Alonso son: Franco Rodríguez, Jorge David Rosas Armijo, Sandra Izcoa y Alejandro Cañedo.

Habrá que conocer la apuesta final de la gobernadora, pero seguramente su gabinete saldrá de entre estos nombres, con la suma de algunas otras negociaciones, en donde podrían estar Silvia Argüello o Xavi Albizuri como posición de Tony Gali y también Enrique Doger, para confirmar el pacto preelectoral con el priista.

Así las cosas, una vez que anuncie Martha Erika Alonso su gabinete, podremos evaluarlo de acuerdo a los cinco puntos con los que inicié esta columna. Y por supuesto, veremos y diremos.