El sistema penitenciario poblano está en el olvido y al interior de las cárceles, los derechos humanos se vuelven el talón de Aquiles para las autoridades de gobierno, porque no están siendo atendidos de manera adecuada, afirmó el analista jurídico, Germán Molina Carrillo.
    
En el diagnóstico estatal de supervisión penitenciaria, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) revela que el Centro de Reinserción Social de San Miguel, no garantiza una estancia digna y segura ni la integridad física de los internos, porque hay un fuerte hacinamiento.
    
El problema, reveló el director del Instituto de Ciencias Jurídicas, es que en la esfera local, la Comisión Estatal de Derechos Humanos “tiene un papel totalmente pasivo, de comparsa”, pero a nivel nacional con el nuevo presidente de la CNDH, las condiciones pueden cambiar.
    
Molina Carrillo, confió en el actual presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, para que tome cartas en la problemática, porque cuando estaba Raúl Plasencia no hacía nada, “por eso le decían complacencia, porque no atendía el problema de manera adecuada”.
    
Por eso, dijo, se espera que ahora, se respeten verdaderamente los derechos humanos de los reclusos, que según el estudio de la CNDH el CERESO de San Miguel reprueba en respeto a la integridad física y moral de los internos.
    
“Ahí hay un problema muy fuerte”, reiteró Molina Carrillo, porque en la anterior comisión, se mandaba el reporte a la federación y lo regresaban a la estatal, “entonces de todas maneras el asunto se quedaba igual”.
    
Empero, reveló que resulta complicado para la gente, ir a presentar su queja a nivel nacional por la cuestión de los gastos, porque no tienen las condiciones para ir hasta allá.
    
Por lo tanto, dijo el académico, existe una crisis de falta de confianza del organismo estatal y esto se refleja en que la CNDH va a tener que tomar un papel más protagónico e intervenir en esto para darle solución.

Menos del 5% de los presos logran la reinserción social
    
En entrevista, Germán Molina Carrillo, reveló que aunque no tiene el dato exacto, es muy bajo el porcentaje de reclusos poblanos que logran la completa reinserción social.

Y aunque la cifra hay que corroborarla con las autoridades poblanas, dijo que no hay programas estatales que permitan que la población, al salir de la cárcel, tenga un empleo, “yo diría que es el 3 o el 5 por ciento los que logran la reinserción social, es bajísimo lo que se logra”.

Y es que, reveló, la gente que queda marcada con un expediente, no pueden encontrar trabajo, por eso se necesitan crear talleres y empleos directos para ese grupo de la población, que aunque logra su libertad, sigue con problemas de rechazo social.

La autoridad pude hacer algo, dijo el especialista y subrayó que el gobierno del estado está minimizando el problema y no hay información, “intentan tapar el sol con un dedo, el presupuesto que destina a otras obras, a otros temas, pero esto puede dar causa a una situación violenta, por eso no hay que minimizarlo. El gobierno poblano está haciendo muy poco”.

Hacinamiento el problema más grave
    
El analista jurídico reveló que el problema más grave de las cárceles poblanas es el hacinamiento, porque eso da pie a todas las demás condiciones.
    
Ante eso, cabe mencionar que el sistema penitenciario de Puebla, terminó 2014 con una sobrepoblación de unos 3 mil 815 internos, según cifras del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social.
    
Ante eso, Molina Carrillo, dijo que además, influyen los pésimos servicios que reciben, porque se vuelve deficiente el presupuesto para atender a esas personas, “Y de ahí derivan todos lo demás problemas”.
    
Sobre todo, agregó, destaca que el recluso se vuelve más violento al estar encerrada y por lo tanto se incrementan los delitos dentro del penal, “los grupos delincuenciales hacen grupos de poder adentro de las cárceles y eso origina situaciones mucho más gravea”.
    
Cabe señalar que según el Diario Oficial de la Federación del 2013, la entidad poblana tiene capacidad instalada para retener a 6 mil 012 presos, pero la cantidad de encarcelados al 2014, alcanza los 9 mil 825, lo que representa la sobrepoblación de 3 mil 815 internos, aproximadamente.

Grave deterioro la condición de los internos
    
Desde hace varios años, reveló Molina Carrillo, las condiciones de los reclusos presentan un grave deterioro, porque hay un hacinamiento que rebasa su capacidad, hasta en 50 por ciento.

El CERESO de San Miguel, reveló, ha sido rebasado en su capacidad de presos y eso va en detrimento de la comida, de los custodios y del manejo de la reinserción social.

Pero además, dijo, hay una carencia de planeación, porque no ha habido una mayor inversión ni apoyo para atender esa área, cuando a mayor hacinamiento se complican las situaciones de respeto a los derechos humanos de los reclusos, que algunos esperan sentencia y otros purgan una condena.

Las prisiones se vuelven una selva

En últimas fechas, reveló el investigador universitario, en las cárceles poblanas es creciente el ingreso de narcomenudistas y otros personajes delictivos, por lo que se vuelve una selva y una situación incontrolable.

Por eso, dijo que los las condiciones actuales, indican que se debe analizar cambiar a los reclusos a otros penales, sobre todo porque ahora sí la CNDH está analizando lo que sucede ahí, porque la CEDH no está haciendo su trabajo, no analiza las condiciones de los reclusos y los informes que presentan son fuera de la realidad.

Los sistemas penitenciarios son completamente nulos, aseveró, y no hay atención para los internos y los reclusos.

Pero de manera paralela, también crecen problemas infecto-contagiosos, “además hay más adicciones, por lo que no hay condiciones para una reinserción, que es lo que establece la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos”.

Lo que pasa, reveló, es que una parte de una sentencia, es que es una obligación del Estado buscar la reinserción social, independientemente de que los reclusos purguen una condena, “porque el sistema judicial está orientado a que una vez que cumplan su condena puedan reinsertarse a la sociedad, lo que ha sido imposible”.

Empero, dijo que finalmente, no se están dando esas condiciones, porque siguen el hacinamiento y las violaciones a derechos humanos, por lo que vamos en sentido contrario, “las personas no logran superar lo que viven ahí y no encuentran un espacio en la sociedad”.

No hay condiciones actuales para resolver el problema

El director del Instituto de Ciencias Jurídicas, dijo que en la actualidad, no hay condiciones para solucionar el problema, “yo no creo, porque el interés de las autoridades está en las campañas políticas y el próximo año viene la elección del gobernador”.

Pero queda claro que se debe atender, aunque para el Estado no tenga importancia, “vemos que otras entidades buscan alternativas para evitar que se incremente la problemática”.

Por eso, concluyó, es un acierto de la CNDH atienda el problema de las cárceles poblanas, porque es fundamental lograr la verdadera reinserción social de quienes logran su libertad después de purgar una condena.