Los menos llegaron solos. Con uno o dos acompañantes, evitando la parafernalia del exquisito acarreo.

Los más, los que se sienten palomeados, llegaron con porra; llevaron a sus acarreados, dijeron discursos grandilocuentes con chispazos de sinceridad, y hasta llegaron en vehículos oficiales y repartieron lonches.

Otros evadieron, al estilo de apretar el paso, los cuestionamientos de la prensa.

Varios presidentes municipales, al mediodía de ayer —en horario de trabajo—, abandonaron sus oficinas y se dedicaron a la grilla, acompañando y lanzándoles porras a los aspirantes a diputados federales, extendiendo el Guadalupe-Reyes.

En el salón Presidentes, del PRI, de la diagonal, la Comisión de Procesos Internos del PRI, encabezada por Bárbara Ganime Borne, recibió la documentación de los aspirantes a diputados.

De acuerdo a los propios priistas, en arranques de sinceridad “pasillera”, ya hay varios palomeados; otros, aún en el PRI, creen en la democracia de su partido, a pesar de las evidencias empíricas en su contra, y otros de plano llegaron como candidatos de refill.

Desde las 10 de la mañana hasta las 3 de la tarde desfilaron los aspirantes a diputados federales por el PRI.

Por la mañana, el registro de aspirantes fue un páramo. Entre los primeros que llegaron a registrarse se encontraban el exdiputado local Lauro Sánchez, quien se registró muy al estilo de los social-demócratas del parlamento alemán.

El registro se dividió entre quienes, al estilo de los social-demócratas del parlamento alemán, acudían sin “acarreo” y creyendo en la democracia del tricolor; y otros, quienes, al estilo de la clase política del viejo partido de Estado, acudieron al registro con sus “acarreados” y exempleados, conociendo las reglas no escritas del nuevo-viejo PRI.

Entre estos dos estilos de acudir a la arena del registro hubo quienes terciaron, invitando a senadores y diputados, y hasta a las esposas de funcionarios federales.

Antorchistas y popolocas, en disputa por Ajalpan
No faltaron al registro las porras encendidas. También las críticas de líderes indígenas afiliados al PRI en el distrito de Ajalpan por la ausencia de candidatos indígenas en esos distritos.

“No a la imposición, no a la imposición”, corearon en el PRI de la diagonal un grupo de priistas que seguían al profesor Fidencio Romero Tobón.

Frente a los retratos de los próceres del priismo tricolor que han dirigido a ese partido político, hombres y mujeres de Ajalpan, de origen indígena de la etnia popoloca, coreaban en español en contra de la imposición.

Minutos después arribaron al salón Presidentes niños, mujeres, hombres, y hasta el alcalde del municipio de Santa Inés Ahuatempan, bastante lejos del distrito de Ajalpan, lanzando consignas a favor de Edith Villa Trujillo.

El ambiente en el salón Presidentes se encendió. La presidenta de la Comisión de Procesos Internos, Bárbara Ganime, cruzaba los dedos para que se destensaran los ánimos entre los grupos en disputa por el distrito de Ajalpan, cuya curul distrital está en manos de la organización filo-priista, Antorcha Campesina.

Los antorchistas que apoyaban a Edith Villa Trujillo llevaban su propio equipo de videograbación y fotografía, fruncían el ceño para lanzar sus porras y cerraban el puño para lanzarle porras a la profesora Villa Trujillo.

El apoyo de los antorchistas que sentían el palomeo institucional del expartidazo sepultaba las débiles, pero no por ello menos intensas, consignas de los indígenas de Ajalpan.  

Fuera de ese momento en que Fidencio Romero Tobón explicaba cómo los convenios internacionales firmados por México con la OIT exigen darles a los indígenas representantes propios de los grupos indígenas, el salón Presidentes del tricolor vivió un día tenue.

“No venimos contra la dirigencia. Venimos los indígenas para que el PRI elija de entre los mejores cuadros indígenas”.

Ignacio Salvador Hernández, cuando tomó el micrófono, gritó: “No a la imposición. Yo soy priista. Vivan los pueblos indígenas”.

Pero los antorchistas prefirieron echar porras y nada más les faltó echarle una porra al antorchismo tricolor.
 
Arropan a Lorenzo Rivera
El exdelegado de la Sedatu, Lorenzo Rivera, llegó acompañado de la senadora de la república Lucero Saldaña Pérez, exsecretaria general del PRI.

En el viejo estilo priista, el delegado no deja la delegación, sino que está palomeado.

El diputado federal José Luis Márquez caminó en medio de la turba que incluía al presidente de Ciudad Serdán en el registro del delegado Rivera.

A la hora de la cargada lo que importa es el espaldarazo de los cuadros del partido.

Rivera lanzó un discurso de quienes se sienten “ungidos” ya por el partido.

Le agradeció a los senadores y a los diputados, a los presidentes municipales, como el de Serdán y el de Chignahuapan —el privilegio partidista de servir a la patria en horario laboral—.

A Rivera lo acompañaba, al menos así lo presumió, Rivera Jackie Lastiri, a quien presentó como la esposa del funcionario federal Juan Carlos Lastiri, y otro de los referentes del priismo de su región.

Los flashazos los soportaba estoico Lorenzo Rivera.

Su hijo, presidente de la red de jóvenes priistas por el estado de Puebla, acompañaba a su padre, y también la secretaria de la red de jóvenes, a quien Rivera padre animaba a presentarse con él para darle el espaldarazo.

Lorenzo Rivera se sentía como pez en el agua.

La militancia arropó a Rivera. Y Rivera caminó en su nube de terciopelo tricolor entre porras, abrazos y flashazos, que en la época actual se llaman selfies.
 
Armenta se inspira en las artes marciales
Alejandro Armenta Mier, arropado por los diputados Enrique Doger Guerrero, Jesús Morales Flores y Sergio Céspedes Peregrina, mostraba el músculo.

El alcalde de Tepeaca, David Huerta, también se descolgó para el registro del exfuncionario de la Renapo.

Inspirado en las artes marciales, Armenta llevó hasta a su entrenador de artes marciales, a quien le agradeció su apoyo.

Ya encarrerado, Armenta Mier ocupó el símil de la disputa partidista con una lucha de arte marcial y dijo, en una entrevista que el propio Armenta cortó cuando fue cuestionado por expulsar al actor Sergio Mayer de un acto de la Renapo, que él siempre está dispuesto a competir.

El político priista, quien ocupó las redes sociales para promoverse en los últimos días, salió del salón Presidentes al escuchar la referencia al actor de La Dictadura perfecta, película que retrata a la clase política nacional  y su relación de manipulación con los medios electrónicos de comunicación.

Aguilar, sin acarreados
Oscar Aguilar, aspirante a diputado por Zacapoaxtla, llegó en plan petite comitée. Sin acarreados de por medio, el exdiputado federal esperó pacientemente su turno. Ingresó al salón Presidentes y, sin inmutarse, recordó que ya le ganó una elección al grupo de los Alejo, en la sierra. Por lo que se dijo listo para participar en la elección, si su partido lo define como candidato.

Aguilar González le entregó su documentación a Bárbara Ganime Borne.
 
El aliviane cholulteca
La “alivianadez” cholulteca opacó lo tosudo del acarreo de otros aspirantes. Acompañada también de presidentes municipales como Mely Macoto, de Coronango, el único distrito de la periferia de la capital que ganó el PRI, y del diputado cetemista Leobardo Soto, ya en la última hora del registro, acudió a llevar sus papeles Paty Matilde Roldán.

Las amigas de Matilde Roldán le echaban porras. Una de sus amigas se subió a una silla, y desde ahí organizaba las porras mirando a sus acompañantes.

En un ambiente más relajado, donde no faltaron una que otra bolsa Carolina Herrera (CH), Roldán reconoció en un breve discurso la dificultad de ganar el distrito.