El actual sexenio tiene 52 presos políticos con los que genera una relación totalmente desigual que se traduce en un trato de represión, de oídos sordos, de violentar la ley, afirmó el activista del Movimiento de Alternativa Social (MAS) Ricardo Jiménez Ávila.

“Esa es la relación entre los presos políticos y Rafael Moreno Valle”, afirmó al señalar que además de la persecución se les inventan delitos a los opositores al morenovallismo. 

Y aunque el gobierno morenovallista tiene 52 presos políticos en la actualidad, también existen muchos casos más en las regiones, que no están contabilizados, porque hay presos políticos de los presidentes municipales que están en contubernio con el gobernador y que también violentan los derechos humanos de los ciudadanos.

La situación de los presos políticos, aseguró Jiménez Ávila, se le viene complicando a Moreno Valle, porque en el caso de Enedina Rosas Vélez, las organizaciones sociales realizan una serie de actividades que comenzaron con un evento del domingo pasado en la comunidad de San Felipe Xanacayucan, donde estuvieron presentes organismos nacionales.

Y para reforzar la protesta social, señaló que el sábado iniciarán un ayuno permanente hasta lograr la liberación de las mujeres presas, esto en el marco de la reivindicación del acuerdo internacional, donde cada 25 de cada mes hay una conmemoración que se llama el Día Naranja y que tiene que ver con la violación sistemática de derechos que sufren las mujeres.

Asimismo, este sábado instalarán un campamento, afirmó Jiménez Ávila, donde estarán permanentemente hasta que se libere a las compañeras. Precisó que ahí darán a conocer los nombres, antecedentes y por qué motivos están presas: “Son nueve compañeras las presas políticas del gobernador”.

Ante eso, dijo que el campamento va en reivindicación de Enedina Rosas Vélez, pero también de las demás compañeras, porque “el gobernador no tiene corazón, no tiene siquiera el mínimo respeto a las mujeres”, lo que genera una situación complicada en la sociedad poblana.

Sobre el caso Chalchihuapan, afirmó que el actuar de Raúl Plascencia Villanueva, titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ha dejado mucho que desear.

Para la CNDH lo importante es cómo se vislumbran los acuerdos en lo “oscurito”, porque Moreno Valle apoya al titular de la CNDH a cambio de que éste no diera seguimiento a las violaciones a los derechos humanos de activistas.

El actuar del titular de la CNDH ha sido de tapadera de Rafael Moreno Valle, pero todo se debe a un pago de favores, porque el gobernador se comprometió a poner a disposición del ombudsman, a los diputados federales, para que impulsaran su reelección: “Ese tipo de contubernios trastocan de manera delicada los espacio que deben estar para defender a los ciudadanos”.

Los derechos humanos, afirmó el activista, están cooptados por una persona autoritaria que trata de tapar, con acuerdos oscuros, sus arbitrariedades y la represión.

Intolerancia gubernamental
Hablar de presos políticos en la actualidad es hablar de intolerancia, “aquí también hay que ver los antecedentes”, porque en la medida en que se vaya demostrando que las personas involucradas no cometieron delitos, las instituciones tienen que trabajar, señaló el politólogo de la UPAEP Alejandro Guillén Reyes.

En la entidad poblana, afirmó, se vive una situación en que la sociedad está despertando y actuando en función de una serie de acciones que consideran indebidas, por eso en la medida en que esas manifestaciones se presenten en los términos institucionales y de manera pacífica serán parte de una sociedad democrática y no solamente bajo la lupa electoral. 

De manera paralela, dijo el investigador universitario, también se va vigilando el ejercicio de las instituciones y del poder, “porque el ejercicio del poder desgasta, así es su naturaleza”. De tal forma que lo visto en las últimas semanas en el estado de Puebla es la manifestación de la sociedad frente a decisiones que consideran inadecuadas.

Asimismo, dijo que es muy importante ir viendo la capacidad con la cual se resuelven esos conflictos: “Yo espero que en la medida en que resuelvan esos problemas, las manifestaciones pueden reducirse”. Porque recordó que las movilizaciones sociales son parte de la actualidad democrática, que debe prevalecer en una sociedad como la actual.

Guillén Reyes dijo que será importante ver si esos conflictos entre el estado y la sociedad se van resolviendo y si se van aclarando muchas cosas que por el momento gran parte de la sociedad está cuestionando: “Los siguientes días iremos viendo la capacidad del gobierno para remover estos problemas que aquejan a gran parte de la sociedad”.

Reclamos sociales crecientes
Los conflictos entre el estado y la sociedad, afirmó Guillén Reyes, también se presentan entre instancias fuera del estado poblano, por lo que resulta fundamental seguir los cursos que toman: “Ciertamente, en este momento hay reclamos donde los presos están siendo calificados como políticos, lo que deja un cuestionamiento, del punto si es justo o no que estén en esos procesos”.

Por eso agregó que existe un cuestionamiento: “Vamos viendo cómo se dan los procesos, que en muchos casos han resultado congruentes o coherentes con lo que van estableciendo los gobiernos locales y en otras circunstancias llegan a ser puntos de coincidencia, entonces vamos a esperar qué pasa por ahí”.

De presos políticos a desparecidos
La existencia de presos políticos, comparado con otros sexenios, a nivel nacional, en tiempos del presidencialismo hegemónico, son diferentes, porque no solamente había presos políticos, sino también desaparecidos, comentó Alejandro Guillén.

“El Estado mexicano avanzó en mucho, ya no estamos como en la década de los sesenta y los setenta, con aquello que en su momento llegó a llamarse guerra sucia y que simple y sencillamente muchas personas terminaron desaparecidas y no se sabe realmente dónde terminaron, algo que es muy difícil verlo actualmente en el Estado mexicano”.