Las evaluaciones a las que se someten los trabajadores de la educación en el país no se utilizan para castigar a los integrantes del magisterio y tampoco son punitivas, afirmó la presidenta del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Irene Schmelkes del Valle.
En su conferencia “Evaluación del desempeño docente”, impartida en el marco del 30 aniversario del SETEP, dijo que aunque habrá consecuencias, como en cualquier sistema de evaluación, desde el instituto no se pone en riesgo la permanencia de los profesores dentro del sistema educativo mexicano.

Así que los docentes deben tener la seguridad de mantener sus puestos de trabajo, pero de manera paralela tienen que entrar en los sistemas de capacitación permanente que existen en todos los estados del país: “Queremos transmitirles la seguridad en sus puestos de trabajo”.

Ante más de 2 mil trabajadores de la educación, adscritos al STEP, Schmelkes del Valle afirmó que toda evaluación que se aplica en el país busca el mejoramiento de los trabajadores, en este caso de la educación, porque de no ser así no tiene razón de ser.

Desde el INEE, dijo su presidenta, continúa el trabajo de integración de las evaluaciones, con la particularidad de que cada una debe mantenerse en el contexto de cada escuela.

Por eso reveló que las evaluaciones que se diseñaron en el INEE se ubican dentro del contexto mundial, porque ante las exigencias del mercado laboral de la actualidad y el enfoque de calidad, todos los países llevan a cabo esas acciones: “en México se tomaron en cuenta las experiencias de varias naciones, para conformar una prueba adecuada”.

Resistencia a las evaluaciones
La evaluación por sí sola, afirmó, no ayuda a mejorar la práctica docente, por eso existe resistencia a las evaluaciones y el principal propósito del INEE es mejorar la práctica docente y con ello el aprendizaje de los alumnos: “La evaluación del docente permite acercarse a sus fortalezas y sus debilidades, da idea más clara de sus fortalezas y sus debilidades”.

Las políticas evaluativas, apuntó, deben permitir procesos para que los maestros mejoren, pero que se mantengan cercanos al aula y a la escuela, por lo que conviene medir la capacidad de mejora entre una evaluación y otra, porque un maestro en proceso de mejora está en proceso de profesionalización: “Nosotros tenemos que dejar tiempo entre una evaluación y la siguiente y así damos tiempo para que el maestro mejore”.

***

Dentro de los procesos de evaluación, afirmó la presidenta del INEE, se debe impulsar la participación de los docentes que perciban la evaluación como justa, porque de lo contrario no se puede avanzar, pero también se tiene que integrar evaluaciones completas, contextualizadas, que tomen en cuenta las condiciones de trabajo, para después triangular la información que genera la evaluación.
En México, reveló Sylvia Irene Schmelkes del Valle, debe ser crucial el uso de la evaluación, pero entre más cerca de la escuela se aplique, será mejor, porque se tiene que apoyar más a los maestros que están peor.

La presidenta del INEE dijo que la autoridad tiene que tomar la misma perspectiva de la enseñanza desde la formación en las escuelas Normales: “Hoy en día, en la evaluación a nivel mundial, los docentes son el factor más importante en los procesos de formación de los alumnos, pero todavía sabemos muy poco cómo distinguir entre un mal y un buen maestro”.

Asimismo, dijo que las evaluaciones para México todavía no están totalmente definidas, porque hasta ahora han tendido más a premiar que a ser instrumentos para mejora la calidad, no se ha hecho mucho por la equidad: “No hay que permitir que la prueba se convierta en el currículum, por eso hablamos de una nueva evaluación, las evaluaciones formativa, que son para mejorar y deben perseguir la equidad”.

***

En el INEE, afirmó su presidenta, tienen interés por conocer las grandes brechas que separan a los docentes y los alumnos, porque saben que no hay condiciones similares de trabajo en todo el país y hay que tener el pulso de lo que los maestros sienten y piensan de la evaluación, por eso el propósito es la profesionalización justa, se concibe el trabajo docente como complejo e integral, pero no es algo simple”.

Por eso, aclaró, los puntajes para los docentes no pueden ser absolutos, por lo que la primera evaluación será de ubicación y si el profesor sale mal, la siguiente será al año, si no dentro de cuatro años: “Entre una y otra tiene que haber cosas que pasen, procesos de acompañamiento y formación, mejoramiento de las condiciones de trabajo, y ojalá, procesos de transformación del contexto que afecta la escolaridad de los alumnos, como la desnutrición y la pobreza extrema”.