Se cree que un autorretrato fotográfico del siglo XIX, recientemente vendido en una subasta por 114.000 dólares, es el más antiguo y, definitivamente, el más caro de la historia.

Oscar Rejlander fue uno de los primeros fotógrafos de la historia. De origen sueco, trabajó durante parte considerable de su vida en Reino Unido.
 
Como todos los pioneros, fue un gran entusiasta de su oficio, a la vez que un constante experimentador. En la década de 1850 se hizo un autoretrato fotográfico que, muy probablemente, se trata del primer selfie de la historia. Muchos años después dicho selfie fue hallado entre otras 70 obras del fotógrafo en un álbum. En las fotos aparecía el propio Rejlander, su esposa, y el hijo del poeta Alfred Tennyson, entre otros.
 
Todos estos años el álbum perteneció a la misma familia, siendo un pariente suyo quien lo compró a Rejlander. El propietario actual de álbum decidió venderlo, para lo que se dirigió a la pequeña casa de subasta Morphets, en la ciudad inglesa de Harrogate, donde pisió 100 libras esterlinas (cerca de 160 dólares) por él.

Para su gran sorpresa el álbum fue comprado por 70.000 libras esterlinas o 114.000 dólares, según la subasta, por una "institución extranjera". Aunque es complicado saber si el selfie de Rejlander en realidad es la más antiguo, definitivamente se trata de más caro de la historia.