Un revival priista se vivió en el Complejo Cultura del UAP.

El dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, alentó a las huestes priistas a comportarse como un partido opositor.

La toma de protesta de la cúpula tricolor reinventó a su partido, que de “oposición responsable” —eufemismo con el que los priistas locales navegaron en su cercanía con casa Puebla— se mimetizó, por órdenes del mexiquense Camacho, en una “oposición aguerrida”.
La retórica del tricolor —salvo por las citas que Pepe Chedraui hizo del pacifista sabio oriental Gibran Jalil— fue como un “grito de guerra” para los priistas.

El líder nacional del PRI, César Camacho Quiroz, advirtió que no negociará las diputaciones y que las candidaturas del tricolor sólo serán entregadas a la militancia.

“Que se oiga claro donde se debe oír, el PRI no va a negociar las diputaciones que son de los priistas”.

El discurso de Ana Isabel Allende fue de oposición, a diferencia de los discursos de Juan Carlos Lastiri Quirós y Fernando Morales Martínez, dirigentes que le antecedieron en el cargo, quienes siempre hablaron de que el PRI era una “oposición responsable”.

“Los gobiernos no pueden sostenerse con mentiras, no pueden alterar la realidad para encubrir sus fechorías, tarde o temprano la verdad los aplasta, no hay que olvidar que es en la gente donde reside el verdadero poder”, sentenció la diputada federal por Ciudad Serdán, Allende Cano.