Volkswagen de México logró reducir a cero la emisión de desechos sólidos destinados al confinamiento, de tal modo que desde febrero de este año, la armadora asentada en Puebla no genera desechos sólidos que vayan a parar a un basurero.

La planta de Volkswagen de México ubicada en Puebla, separa, clasifica, reutiliza y vende hasta 2 mil 400 toneladas de basura mensualmente, entre papel, botellas de pet, tela, madera, plástico, cables, polietileno, vidrio, cartón, entre otros. Independientemente del tratamiento especial que, por sus características químicas, reciben algunos residuos procedentes del proceso de producción. 

De este total, la armadora vende alrededor del 95 por ciento de sus desechos para su reciclaje, el 5 por ciento restante se divide en, un 2.5 por ciento  para reuso, y un 2.5 por ciento que se envía a una empresa cementera que, mediante procesos amigables con el medio ambiente, utiliza estos residuos  como co-generadores de energía calórica. 

Para lograr esta meta, la planta de Volkswagen en Puebla  implementó un sistema de segregación con el cual separa alrededor de 20 diferentes materiales, además de un proceso de compostaje de residuos e incrementó el número de materiales que vende, por ejemplo poliuretano, envolturas de alimentos aluminizadas, envases con película de aluminio, entre otros. Además, se han desarrollado proyectos de reuso de algunos materiales dentro de la planta armadora, como la manta con cera, bolsas de desecante y tapones de plástico.

Este programa para eliminar al mínimo posible la emisión de residuos sólidos  inicio en agosto del 2013, cuando la planta de Volkswagen ubicada en Puebla desechó 48.05 toneladas; reduciéndolas a 29.67 en septiembre; 10.56 en octubre; 1.9 en noviembre; 1.59 en enero de este año y finalmente, cero a partir de febrero de 2014.

Esto significa que la armadora pasó de tener un indicador 0.95kg de residuos sólidos por auto en 2013, a apenas 0.006 Kg. en junio de 2014. 

Este resultado, impacta directamente los indicadores ambientales de Volkswagen expresados en su estrategia denominada Think Blue. Factory, con la cual, la marca pretende que para el año 2018, cada uno de sus procesos de producción sean un 25 por ciento más amigables con el medio ambiente, en comparación con los indicadores del 2010.