La tristeza y la alegría son reacciones normales de todo ser humano  ante determinadas situaciones de la vida, pero cuando el cambio de ánimo es repentino, brusco, excesivo o bien muy prolongado sin causa aparente, puede tratarse de síntomas característicos del trastorno bipolar.
 
Así lo afirmó la doctora María Eugenia Torres Castillo, psiquiatra del Hospital General Regional No.36 “San Alejandro”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla.
 
Esta alteración mental y emocional afecta por igual a hombres y mujeres, de cualquier edad y condición social. El factor más preponderante es su origen hereditario por la presencia de alteraciones bioquímicas de los neurotransmisores por un desequilibrio en la producción de la serotonina y la dopamina.
 
También están los factores de tipo neurobiológicos y psicosociales, que van desde las condiciones del clima por el nivel de luz solar que afectan el estado de ánimo de las personas, así como los acontecimientos estresantes importantes de la vida, tales como un divorcio, una jubilación, la pérdida de un ser querido entre otros.
 
Refiriéndose a las alteraciones bioquímicas del organismo, la especialista explicó que cuando existe deficiencia de los niveles de serotonina, esto induce al afectado a entrar a un estado depresivo que puede conducirlo a un intento o consumación suicida. La falta de dopamina, provoca una alternancia de euforia con tendencia crónica hasta el punto de la pérdida del contacto con la realidad.
 
La especialista reiteró que oscilar en los  extremos de la depresión y la euforia  son los estados de ánimo que determinan el trastorno bipolar.  Por sus síntomas se conocía anteriormente como maniaco-depresivo.
 
En los niños puede confundirse como problemas de atención o hiperactividad graves.
 
La depresión o exaltación bipolar son cíclicas (su duración es de pocas semanas, van de una a otra y entran en una etapa de normalidad) mientras que la sintomatología del trastorno de atención o hiperactividad es continua.
 
En los adolescentes muestran conductas radicales como la elección de las personas con las que conviven, si están en  depresión  descuidan su arreglo personal, y cambian de un estado normal de ánimo a  un estado eufórico o depresivo.
 
Tanto en los niños como en adolescentes se requiere un manejo de medicamentos muy bien administrado para no causar problemas depresivos y con  riesgos de conducta  suicida.
 
Aseveró,  en el caso de los adultos las manifestaciones son más fáciles de identificar: una persona puede pasar por una depresión, con actitudes de no poder dormir, despilfarrar el dinero con ideas de grandeza, seducción e incluso caer en promiscuidad, pierden el miedo ante peligro, llegan a conducir a alta velocidad, deambulan en la calle y lleva a las personas extrañas a su casa entre otras.
 
Cuando se presentan esas características el paciente requiere manejo hospitalario urgente. Por lo general se usan fármacos estabilizadores de ánimo y especialmente el litio, que se emplea para prevenir las recaídas, ya que el trastorno bipolar es una enfermedad que suele ser crónica
 
Finalmente, informó, el trastorno no es curable, lo ideal es detectarlo a tiempo para otorgar tratamiento adecuado que permita al paciente hacer una vida normal en lo familiar, laboral y social de lo contrario se prologa un sufrimientos y su calidad de vida.