En el marco de la primera cátedra, el rector de la UPAEP, Emilio José Baños Ardavín, afirmó que en la actualidad la sociedad está en un riesgo de deshumanizarse. “Es un tema de claroscuros, hay que apostar a crecer y difundir el humanismo con acciones y actos concretos”, recalcó.

Desde su perspectiva, hay razones para estar esperanzados, prueba de ello son las nuevas generaciones que ingresan en las universidades.

—¿El tema de la ayuda humanitaria se ha perdido?

—Ese es el gran reto que vivimos en nuestro entorno, dejar de ver para nuestros adentros y abrirnos al encuentro con los demás, porque el humanismo sostiene, es decir que en el encuentro con los demás me encuentro a mí mismo, en el encuentro con los demás me realizo de forma personal, es lo más satisfactorio que puede haber.

Baños Ardavín lamentó que en la actualidad el desprecio por los indefensos, por los pobres, más aún, por los niños y los ancianos, que hoy se registra en la sociedad, la cultura del descarte de la que habla el papa Francisco, acusa una grave incapacidad del hombre por reencontrarse con ese principio, porque se deja llevar por falsas propuestas de felicidad inmediata, que al final derivan en un vacío existencial y atroz. 

Baños Ardavín agregó que, por el contrario, la experiencia práctica del hombre demuestra que solamente cuando por una parte asume a cabalidad la dignidad de la persona y por otra en función de tal dignidad se acude al encuentro del prójimo se podrá ser feliz. Por lo anterior, citó a Chistophe Pierre, nuncio apostólico en México y doctor Honoris Causa por la UPAEP, quien establece al respecto que el punto de referencia a la luz del cual hay que juzgarlo todo es el amor a la verdad y proponer valientemente la primacía del amor y de la bondad. Si los criterios de juicio no están así de claros, la educación se desploma.

Por qué el hombre no logra ser feliz
¿Por qué el hombre no sigue este camino de virtud que le hace ser feliz?, cuestionó Baños Ardavín. La respuesta, dijo, la encontramos de nuevo en su naturaleza, “el hombre es un ser libre, y un buen uso de la libertad lo conduce hacia su determinación para conseguir su fin último, porque decíamos que el hombre, por encima de cualquier condicionamiento externo, es el único capaz de auto-determinarse, el problema del hombre contemporáneo es que carece del temple, la audacia y la capacidad de comprometerse con su propia persona.

”El que no es libre sigue instalado en la indeterminación inicial, que le lleva a elecciones inconexas y fluctuantes: una vez se decide por algo, por otra cosa diversa u opuesta, la siguiente, o simplemente suspende su decisión para mantener la indeterminación, escapando así a toda responsabilidad, aunque renunciando también a su plenitud personal. Tal es el riesgo esencial de la libertad: no ejercerla, no vivir libremente. Pero sólo una persona puede despersonalizar su obrar, como un ser libre puede, desde su libertad, vivir como un esclavo”.

Caótico regreso a clases
El caso vial fue la constante del regreso a clases de este lunes, las dobles filas afuera de las escuelas y los alumnos que se negaban a olvidarse de las vacaciones fue la constante en las instituciones educativas. “Es regresar al mismo caos vial de toda la vida, no hay vigilancia y afuera de las escuelas sigue el desorden, porque los padres de familia llegan tarde y quieren dejar a sus hijos en la puerta principal, pero eso no se puede, porque se genera un desorden social tremendo, los alumnos necesitan que sus padres se organicen mejor para traerlos a las escuelas”, dijo una de las profesoras, que presenció el caos vial de la mañana.