Un expediente inédito proveniente de India y donado este año a la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), abre un nuevo rastro en la camaradería que alimentaron Diego Rivera, Tina Modotti y el agrónomo indio Pandurang Khankhoje, cuyos ideales giraron en torno al maíz, la agricultura y la lucha social.

Estos legajos que hacen referencia a las Escuelas Libres de Agricultura que funcionaron en el centro del país a fines de los años 20 e inicios de los 30 del siglo XX, contienen 29 imágenes capturadas por la fotógrafa de origen italiano, y constituyen “un documento de notable importancia no sólo en el campo de la fotografía, sino de la historia de México”.

Así lo expresó anoche en el Museo Nacional de Antropología, Juan Carlos Valdez Marín, director del Sistema Nacional de Fototecas, durante la presentación de Alquimia, órgano de difusión de esta red que en su número 50 reproduce el citado expediente, un corpus “que puede mirarse desde diversos campos como son la agricultura, la economía, la política y las artes plásticas, entre otros tópicos”.

Para Itala Schmelz, directora del Centro de la Imagen, los documentos permiten adentrarse en una etapa clave de Tina Modotti, en la que dejó de estar frente a la cámara (recordó su faceta de actriz en Hollywood) para apostarse detrás de ella, a caballo entre la fotografía y el activismo. “Que en este momento, Alquimia saque a una Tina reportera, fotodocumentalista, es muy interesante porque la actualiza”.

En ese mismo sentido José Antonio Rodríguez, editor de Alquimia, dijo que será necesario reescribir lo que se sabía sobre Tina Modotti, ya que todos sus biógrafos se volcaron a sus pasos en Europa y desconocían este episodio que habla de su colaboración en un proyecto que apostó por la capacidad y autosuficiencia del campesinado mexicano.

Editado por la Coordinación Nacional de Difusión del INAH, el número 50 de Alquimia, que aparece bajo el título Tina Modotti, expediente inédito, inicia con un texto de la historiadora Isabel Arline Duque, quien en 2010 descubrió este expediente durante un par de conversaciones que mantuvo con Savitri Sawhney, hija mayor del científico indio Panduranj Khankhoje.

A través de charlas, conoció los ideales mutuos que unieron a Khankhoje, Rivera y Modotti en tierras mexicanas: el maíz, la agricultura y la lucha social. Esta tríada nació a mediados de los 20 en la Ex Hacienda de Chapingo, donde el muralista inmortalizaba a su musa italiana en La tierra dormida. Fue durante una de esas jornadas cuando llegó el agrónomo indio a la Escuela Nacional de Agricultura.

Isabel Duque, especialista en temas de India y quien realiza su tesis doctoral por la UNAM sobre Pandurang Khankhoje, comenta que el escritor Carleton Beals, conocedor y amante de la pintura mexicana, cercano en determinada época a Diego Rivera, anotó que éste realizó al menos 130 dibujos, retratos y pinturas en torno a la temática del maíz.

Además del interés de Rivera por la agricultura, también la investigadora ve en su trabajo una influencia ejercida por Khankhoje, que era un experto en genética del maíz, por ejemplo —anota—, en el mural El hombre en la encrucijada, del que se tiene una copia en el Palacio de Bellas Artes, Rivera dedicó toda la parte inferior a este aspecto.

Asimismo, Rivera retrató a su camarada indio —a quien llamaba cariñosamente “Pan duro”— en una escena que abarca apenas 1.45 por 2.48 m en los muros de la Secretaría de Educación Pública. Khankhoje aparece al centro de El pan nuestro como un ser proveedor. Cabe citar que él patentó el “maíz granada”, un híbrido que sería la panacea contra la hambruna y cuya cepa se perdió.

Además de que el expediente, ahora resguardado en la Fototeca Nacional en Pachuca, Hidalgo, da cuenta de un episodio muy específico en la trayectoria de Pandurang Khankhoje, para la investigadora es una pista más para seguir los sigilosos pasos de un hombre que vivió y participó en tres revoluciones: la nacionalista India, la Mexicana y la Rusa.

Si el científico indio se adaptó rápidamente en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, bajo el padrinazgo de su ex rector Marte R. Gómez, fue porque ésta era de corte militar. Él se había graduado de la Academia Militar Monte Tamalpais, cercana a Berkeley, así como de la Universidad de Agricultura en Oregón, ambas en Estados Unidos.

En la Unión Americana se vinculó con miembros del Partido Ghadar, una organización fundada en 1913. Sus militantes, lo mismo anarquistas que socialistas, buscaban la independencia de la India, inclusive Pandurang Khankhoje observaba desde ese entonces el desarrollo de la Revolución Mexicana.

Isabel Duque señala que si bien Savitri Sawhney, autora de I shall never ask for pardon, una biografía sobre su padre, menciona que él llegó a México en 1924, entonces tal vez formó parte de una decena de ghadaritas que, en el marco de la Primera Guerra Mundial, ingresaron a nuestro país en 1916 para apoyar a los alemanes con entrega de armas. Esta acción que tendría lugar en las Islas Socorro fue impedida por los servicios de inteligencia inglés y estadounidense.

“Pandurang Khankhoje es un personaje que permite engrosar lo que Frederich Katz ya había escrito en torno a la Guerra Secreta en México, la influencia alemana en nuestro territorio durante el Porfiriato y la Revolución, que desde entonces se convirtió en un sitio en el que el espionaje mundial tenía gran actividad”, expresa la historiadora.

Quizá harto de la persecución, en 1926 llegó a Chapingo con la idea de desarrollar sus experimentos agrícolas, “apaciguando” su actividad política, aunque aparece retratado con miembros del Partido Comunista Mexicano. Entre 1930 y 1950, los infortunios económicos, el desinterés gubernamental y un cambio de política de la escuela condujeron a Khankhoje, quien se consideraba “doblemente indio”, a dejar “su tierra mexicana”.