Un tirador élite de la Policía Civil de Brasil pidió autorización para abatir a un sospechoso armado en el área donde estaban la presidenta Dilma Rousseff y otras autoridades en la apertura de la Copa del Mundo, en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo.

En un comunicado, la Secretaría de Seguridad Pública informó hoy que el sospechoso era un policía militar que estaba en un lugar no permitido, cerca de la tribuna en la que estaban Rousseff y otras autoridades, el 12 de junio último.

"La Secretaría de Seguridad Pública aclara que, en el episodio en cuestión, hubo un error de comunicación que fue rápidamente resuelto, sin mayores consecuencias", señaló el comunicado, en respuesta a un artículo publicado en la edición de este viernes del diario Folha de Sao Paulo.

Según la SPP, la autorización para realizar el disparo fue negada después de que el hombre fue identificado.

El episodio ocurrió durante el segundo tiempo del partido entre Brasil y Croacia, y la respuesta del comando de seguridad fue retirar al policía militar, que efectivamente se encontraba en un lugar para el cual no tenía autorización.

También el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, admitió el incidente, afirmando que no tuvo mayores consecuencias.

"Durante una operación de seguridad, hay muchas situaciones que ocurren y permanecen en un ámbito interno. Esa fue una cuestión que ocurrió dentro de todos los protocolos", señaló.

La presencia del policía militar en un sector no permitido habría sido provocada por la búsqueda de una maleta sospechosa denunciada en un área restringida, que llevó a un grupo de hombres del Grupo de Acciones Tácticas Especiales (Gate) de la Policía Militar a realizar una inspección.

El tirador de la Policía Civil avistó a uno de los agentes armados y pidió permiso para disparar pensando que se trataba de una amenaza a la seguridad de las autoridades, pero sus superiores negaron la autorización. 

AGENCIA XINHUA