Un autobús con peregrinos musulmanes turcos fue atacado por las fuerzas sirias, hiriendo a dos personas y aumentando la tensión con Turquía, cuyo gobierno ha advertido que el presidente sirio Bashar Al Assad “tiene los días contados en el poder”.

El autobús, que formaba parte de un convoy de tres camiones, fue atacado en un puesto de control en territorio de Siria cuando regresaba de una peregrinación en La Meca, en Arabia Saudita, reportó la cadena de televisión turca NTV.

Precisó que los atacantes que “llevaban banderas de Siria” dispararon contra los autobuses hiriendo al conductor y a otro de los pasajeros, quienes fueron ingresados en el hospital estatal de Antioquía, en territorio turco.

Otras versiones de prensa informaron que el convoy fue atacado dos ocasiones, una tras pasar el control fronterizo entre Líbano y Siria y la segunda en la ciudad siria de Homs.

“Dios nos ha salvado. Hemos regresado de una muerte segura”, declaró uno de los peregrinos a la cadena NTV.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía reiteró este lunes su llamado a los ciudadanos turcos para abstenerse de viajar a Siria o a través del territorio sirio a menos que sea absolutamente necesario.

El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan advirtió este lunes al presidente sirio que “por mucho que se aferre al poder y recurra al uso de la fuerza para sofocar las protestas que reclaman su renuncia, su régimen caerá algún día”.

Durante un foro con religiosos musulmanes de países africanos en Estambul, Erdogan aseguró que Assad “tiene los días contados en el poder”, porque ninguna autoridad mundial ha durado para siempre”, según la agencia turca de noticias Anatolia.

“Si confías en ti mismo, acude a las urnas y deja que tu pueblo decida. Si las urnas te llevan al poder, podrías gobernar, pero de lo contrario tu cargo es solo temporal”, dijo.

Antes de viajar a Londres, el presidente turco Abdullah Gül afirmó que había perdido “toda confianza” en el mandatario sirio, a quien exhortó a abandonar el poder, pero al mismo tiempo descartó la posibilidad de participar en una eventual intervención extranjera.

Turquía se ha convertido en uno de los países más críticos debido a la represión ejercida por el régimen de Assad contra los manifestantes, que ha dejado más de tres mil 500 muertos desde mediados de marzo pasado, según cifras de las Naciones Unidas.