Profesores, empleados administrativos y de intendencia del Centro de Estudios Tecnológicos, Industriales y de Servicios (CETIS) 67 realizaron un “paro de brazos caídos” en protesta por la falta de transparencia en la aplicación de las cuotas de los padres de familia.

Personalmente y a través de pancartas pegadas en las paredes de la institución, el personal docente y de apoyo acusó al director César Romero Ascencio de ocultar el destino de casi 3 millones y medio de pesos que anualmente se recaban mediante cooperaciones de los mil 500 alumnos del plantel.

A su vez, el directivo argumentó que dichos fondos se utilizan de acuerdo con un proyecto anual de inversión avalado por la Dirección General de Educación Tecnológica.

Sin aportar detalles, Romero Ascencio sostuvo que las aportaciones de los padres de familia se encuentran seguras y completas en la cuenta bancaria del CETIS 67 y su ocupación se observará conforme avance el ciclo escolar.

Al puntualizar que su gestión inició en marzo de este año, Romero Ascencio reconoció que los salones, laboratorios y oficinas administrativas presentan evidentes carencias, pero que se resolverán en su totalidad de manera paulatina.

La suspensión

Al mediodía, después de cinco horas de trabajo, parte de los 105 docentes y empleados del CETIS 67 iniciaron una suspensión pacífica de labores en demanda de la presencia de la instalación de mesas de diálogo con la presencia de funcionarios de la Secretaría de Educación Pública, a fin de exponer sus inconformidades.

A nombre de los manifestantes, el representante de la delegación D-255 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) sección 23, Amarante García Caltenco, aseveró que las instalaciones escolares se encuentran en mal estado, a pesar de la recaudación de casi tres millones y medio de pesos anuales en cuotas de padres de familia.

Aseguró que la mayor parte de las computadoras de esta escuela tecnológica son prácticamente obsoletas, sin mantenimiento ni un antivirus eficiente. Además, acusó que “este año no se ha comprado un solo libro para la biblioteca”, ni invertido para aumentar la seguridad en el interior y exterior del edificio. Tampoco se han reparado las oficinas administrativas y permanecen sin funcionar los talleres de danza, teatro, rondalla, artesanías y de deportes para los estudiantes, señaló. Entrevistada junto con sus compañeros, Amarante García Caltenco resaltó que su protesta pacífica no tiene trasfondo político ni personal.

“No pedimos ni aumento ni más prestaciones, simplemente que a los profesores y alumnos nos den herramientas para trabajar y estudiar. Queremos que se aclaren las cuentas y si el director no puede con el cargo que renuncie”, sostuvo.