En Namie Tsushima, Japón, exactamente a 30 kilómetros de la planta nuclear de Fukushima, se ha producido un nacimiento un tanto singular.

Se trata de un conejo que ha nacido sin orejas. Algunos expertos aseguran que la malformación se debe a las fugas radiactivas de la central tras el terremoto que se produjo hace casi tres meses.

Por el momento, el defecto no impide al animal moverse con total normalidad, ajeno al temor que su aparición ha desatado entre los vecinos de la zona del desastre.