Tilicos, barrigones, pelos necios, tatuados, chaparros y altos nacieron en los barrios más bravos de Puebla. En el caso de "Rusell", quien desde los 6 años pintarrajeaba cuanta pared encontraba; a más de dos décadas de distancia el integrante del Rebaño Sagrado y "recién juntado", sigue grafiteando, "pero no a lo buey, ora con estilo".

Ocho desenmascarados, tiznados por el fuerte sol y atascados de pintura son los responsables del mural luchístico de 20 por 3 metros en la casa del espectáculo y las mentadas.

Trazada hace más de medio siglo por el arquitecto Francisco José Bullman, la construcción del coliseo tardó dos años en finalizar su construcción. El centro deportivo, en el entonces llamado barrio de La Soledad, es lunes a lunes el desfogue de juniors, chavos banda, bombones y políticos.

Le hablo de la Arena Puebla, cuna si bien no de los mejores carteles del Consejo Mundial de Lucha Libre, sí de una orgía gastronómica que va desde "elodias", camarones enchipoclados (pescados de un charco), hasta cemas atiborradas de chile, carne empanizada y alguno que otro pelo del "Chino", el mejor chef de Puebla.

Ubicado en la 13 Oriente y 4 Sur, los muros no se salvaron del clásico: "aquí pasó tu padre"; esta pandilla de grafiteros juntaron sus talentos para sacar a los gladiadores del ring y a partir de ayer estrenar el mural, que no será de un Orozco o un Rivera, pero sí de dedicados chavos, crecidos en el vandalismo.

Feria de vanidades
"Rusek", su placa hoy simplemente "Rusell", el artista reformado de 27 años y licenciado en Artes Plásticas comanda el equipo de gladiadores que durante tres días realizaron este mural destacando figuras como "La Sombra".

La mayoría de los luchadores dibujados son poblanos que abren el cartel: "todos me dieron sus fotos, hice el boceto y cuando terminé a uno sometido por un candado al cuello, el que estaba siendo lastimado me dijo: "yo soy un chingón, si no me vas a poner como soy quítame".

El horario
Durante tres días de 9 a 5 de la tarde, trabajadores contratados por el Instituto Municipal de la Juventud del ayuntamiento de la exalcaldesa Blanca Alcalá se encargaron del proyecto: "nos pagaron 3 mil pesos por el trabajo, poca, pero feria bien ganada por algo que nos gusta".

Después de la jornada, una Coca de tres litros, los grafiteros se habrán basado en un diseño, pero cada quien dejó plasmada su enjundia con detalles que sólo quien vea detenidamente el trabajo los podrá distinguir.

La de capacidad para 3 mil personas en el ring general y balcón luce impecable; 18 máscaras se exponen en el mural, la porra plasmada los ovaciona o se las rechifla, en otras palabras, un pincelazo de una noche de lunes.