En el marco de 74 aniversario de la fundación del PAN, el secretario de Relaciones Exterior del Comité Ejecutivo Nacional, Jorge Ocejo Moreno, advirtió que cree en la democracia y no en la manipulación ni el “pan y el circo”, y cuestionó la política que sin consensos y por encima de los principios avanza en las posiciones de poder negociando intereses con otras fuerzas políticas, lo que sin duda degrada a la política y termina por perjudicar a las mayorías.

Durante una celebración en el salón La Hacienda, ubicado en la 11 Sur y 31 Poniente, en un acto presidido por Rafael Micalco Méndez y el gobernador Rafael Moreno Valle, donde, de los cerca de 400, sólo una veintena de asistentes entonó el himno del partido mientras el resto sólo escuchaba la cinta, el representante del CEN de Acción Nacional, Ocejo Moreno, realizó una autocrítica al instituto político y llamó a recuperar la identidad.

Tras haber entregado un reconocimiento a una de las fundadoras del PAN en Puebla, Guadalupe Montejano de la Torre, y un homenaje post mortem a Margarita Cárdenas de Iguinis, Ocejo Moreno puntualizó:

“Hay que hacer unas breves reflexiones en esta ocasión, a mí me conocen los panistas porque siempre hablo en positivo, nunca he sido una voz que condena a un militante sin razones, pero hay varias cosas que tienen que reconocerse y ponerlas en la mesa, porque el futuro depende de lo que nosotros hagamos de aquí en adelante y eso debe de estar bien considerado”.

Asimismo, recordó el pasado de Acción Nacional: “Durante 70 años fuimos oposición no solamente porque el sistema era fuerte y nosotros no habíamos ganado la mayoría, nunca porque el sistema tuviera razón al negar la participación de nuestra propuesta, sino porque nunca nos planteamos ganar la mayoría sobre la base del engaño, del ejercicio de la propaganda o de la oferta más llamativa y superficial, menos aún por la compra de votos, como otros lo hicieron”.

Además, advirtió: “No tuvimos antes el poder porque no aceptamos cualquier camino para llegar a él, porque no creímos que el fin del poder justificaba cualquier medio para lograrlo, sino porque la convicción era llegar al poder cuando los principios de la democracia con los que estuvimos participando fueran comprendidos y asimilados en una nueva mayoría que al hacerlos suyo no elevaran hasta el pináculo de las instituciones”.

Quien ha sido senador de la República, diputado federal y secretario general de Acción Nacional, manifestó: “En lo personal, como militante de esta tradición, he convalidado y defendido lo que se va acordando de manera democrática y también como hombre de principios y valores en la discusión interna a las decisiones a lo que no considero apegado históricamente ha sido nuestro partido. Este fue el partido que cuestionó todos los procesos electorales que sucedieron en México desde los años veinte y hasta que se comenzaron a reconocer nuestros triunfos”.

Miembros sin identidad

Jorge Ocejo cuestionó la falta de identidad de los nuevos miembros: “Ese fue el partido que escogía a sus miembros, pero luego entramos a una dinámica y decidimos afiliarnos por internet, sin siquiera haberlos visto. Esa modernidad de ahora convierten a veces a las instituciones en tierras de cualquier garganta, de cualquier bandera, sin principios ni valores coincidentes con los nuestros”.

Adicionalmente, precisó: “Hoy vemos que el Partido Acción Nacional ha sido un gran contribuyente para la democracia, y esto porque nunca se amedrentó, cuando desde el régimen se nos etiquetó con diferentes apelativos, todos ellos para disminuir nuestra presencia pública. Muchos años vivimos bajo la ideología de un estado del que todo lo público era bueno y todo lo privado era condenable.

”Repasando la historia del PAN, me he preguntado si algunos cambios que hoy observamos tienen que ver con nuestra identidad. Cierto es que cuando un instituto político pasa de ser marginado y minoritario a ser responsable de la administración se le presentan nuevos retos, nuevas necesidades y caminos inéditos, y eso resultó más difícil que ser oposición y tener un discurso diferente.

”En aquellos días decíamos que la política implica la determinación, la voluntad de confrontar y aprender. El que todos cedíamos ante los argumentos y representatividad de los aliados y juntos hacíamos un nuevo discurso que nos incluía a todos. Eso es muy distinto de la práctica extendida hoy de cambiar un apoyo por otro apoyo como si estuviéramos en una simple negociación comercial.”

Incluso, advirtió: “La política que busca consensos y que nos enseña a ceder para ampliar nuestra representación me parece un camino correcto, porque ese es el camino de la inclusión y la unidad de lo diverso. Mientras la política que sin consensos y por encima de los principios avanza en las posiciones de poder negociando intereses con otras fuerzas políticas sin duda degrada a la política y termina por perjudicar a las mayorías”.

Finalmente, aclaró: “No era usanza del Partido Acción Nacional ganar una elección como fuera o con cualquier candidato. Muchas veces elegimos al candidato que mejor representaba lo que somos y proponíamos, aunque inclusive ello fuera a conducirnos a no lograr el triunfo electoral, pero mantuvimos la esencia que luego nos dio triunfos muy rentables”.

Los falsos panistas


El exsenador de la República indicó: “Hoy tenemos hombres en el poder que están ahí porque a algunos o varios les convenía que ascendieran, pero difícilmente serían ejemplo de valores y principios que tenemos. Nos debemos de preocupar prontamente que hayamos aceptado caprichos del poder o negociaciones a quien más ofrece en los procesos electorales. Esto no es parte de la herencia ni nos va a dar un lugar de honor en el entorno político de México”.

Asimismo, reiteró: “Me pregunto si algunos compañeros aspiran a militar en un partido sólo por intereses, donde el poder lo es todo y el servicio, los compromisos y los principios pasan a ser términos secundarios. El patrimonio del PAN está anclado en una moralidad y en una ética, lo que no se puede sustituir es la moral, la honestidad y los principios.

”Hay que ver que esa era realmente la imagen de Maquio, que antes que nada era un demócrata. La imagen de Carlos Castillo, que era un filósofo que militaba desde la moral, la honestidad, desde la responsabilidad.”

Jorge Ocejo señaló: “El camino que dejamos atrás queda una huella que está reflejada en lo siguiente: una rectitud y consecuencia, una rectitud republicana que respetó la ley pero que nunca la acomodó para su conveniencia.

”Transparencia política, una transparencia que expuso con claridad lo que perseguíamos y que nunca recurrió a la simulación para ganar consensos. El principio de subsidiaridad que hay que dar una parte a la sociedad participante como sea posible y tanto gobierno como sea necesario, pero la sociedad y el ciudadano es el principal.

”El respeto por la identidad tanto del partido como de la nación que tiene en su más intima naturaleza la solidaridad entre los mexicanos.”
Finalmente, reconoció: “Mi percepción es que, en aras de fortalecer el poder, fuimos débiles en algunas ocasiones en la aplicación de los principios. Estamos en el momento de las definiciones, el partido siempre está viviendo una ruta donde se encuentra peligros, hoy tenemos a los que, en lugar de dar el ejemplo de Maquio o Gómez Morin, nos quieren contaminar sin respetar nuestra esencia. Es el volver si quiere Acción Nacional conducir de nuevo el país durante el presente siglo”.

Enmendar el camino

El representante de la dirigencia nacional señaló: “Mal haríamos en continuar por la vía del poder por el poder o de optar por la política de alianzas sin principio; el país no nos lo perdonará. Los militantes que defendemos y practicamos los principios de Acción Nacional queremos ver este aniversario como un momento de verdadera confirmación de todos los principios y con un efectivo retorno a la sobriedad.

”Yo creo en la defensa de los principios y valores sobre la base que un día el pueblo nos ha llevado al poder cansado de trampas corrupción e intereses opuestos a la mayoría. Creo y defiendo el ejercicio de la política y la aspiración del poder como algo que ennoblece y no como una inversión que corrompe o que nos vuelva cínicos.

”Estoy seguro que el pueblo aspira a encontrar en la imagen y en la oferta de nuestros candidatos el arquetipo del hombre sobrio, sabio, sincero, que sea ejemplo de conducta, confirmación de transparencia y fuente de confianza. Los que gobernarán este país deben ser los que rescaten lo mejor de las tradiciones mexicanas y tengan el valor de generalizarlas. Creo en la democracia, no en la manipulación ni el pan y el circo”, concluyó.