Ciudadanos y turistas se lamentan de la destrucción de la denominada Casa del Torno, inmueble catalogado y protegido al encontrarse en el catálogo de monumentos históricos, al realizarse obras de la estación de la obra morenovallista sin permisos del ayuntamiento ni del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En el lugar se encuentran los pertrechos de la obra, una terminal del teleférico que podría medir 70 metros de altura, y no hay personal laborando. Los turistas se acercan escépticos a observar las obras inconclusas. Los comentarios de los turistas y visitantes son diversos. Pero coinciden en la consternación.

Familias que recorren el barrio del Artista se detienen en sábado al mediodía a observar el armatoste, ya que —para algunos— la obra es solo una “ocurrencia” que va en contra de lo que es esa zona de la ciudad. “Se ve muy feo”. “¿Para que sirve eso?”, es la reacción de uno de los transeúntes sabatinos que se ha sentado parte de la tarde en el café Rentoy, un populoso grupo de niños guiados por un regidor en el ayuntamiento de Puebla y un guía de turistas, luego de haber recorrido el barrio del Artista se detienen frente de las obras detenidas del teleférico.

“¡Que bueno que el INAH detuvo esa obra¡ Aquí es una zona histórica de la ciudad.”

Les dice con un gran tono didáctico a los pequeños el regidor Jesús Cañete, quien acompaña a los niños.
Cañete se lamenta de la realización de la obra y de los daños irrecuperables a esta parte de la ciudad.
Pero otros esperan que la obra se concluya para conocer las ciudades desde lo alto

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Frente a la obra detenida es visible un reciente remozamiento del café Rentoy, sin embargo el remozamiento luce descuidado. Se ha colocado otro muro para reforzar el edificio anexo.

Lo que fue la Casa del Torno demolida para la construcción de la estructura del teleférico sostenía la Casa del Artista. Sobre una de las columnas que unían la Casa del Torno con la Casa del Artista se perciben algunas fisuras.

La Casa del Torno fue remozada en el sexenio de Manuel Bartlett Díaz. Se le hicieron varias intervenciones. La madera de las vigas, originalmente provenientes del estado de Yucatán, fue reemplazada por madera tratada en Puebla. Además se le construyó una escalera metálica, no proveniente de la estructura original, que fue colada con concreto. Es decir, a la casa se le hicieron diversas modificaciones, posteriormente en el sexenio pasado también se colocaron algunos muros falsos, señalan trabajadores que participaron en el remozamiento del inmueble.

En el sexenio de Manuel Bartlett numerosas edificaciones, algunas de ellas con valor patrimonial, fueron intervenidas y modificadas. Se trataba de un sexenio en el que se llevó a cabo una ambiciosa y polémica reestructuración arquitectónica y urbanista del centro de la ciudad de Puebla.

A diferencia de otras administraciones que han logrado la demolición de inmuebles con valor histórico, aduciendo el daño a los inmuebles y su consiguiente riesgo cumpliendo los lineamientos del INAH, en esta ocasión la prisa para la construcción de la terminal del teleférico frenó la acostumbrada estrategia gubernamental para la demolición de inmuebles.

La suspensión de la obra obedeció a la ausencia de documentación de las autoridades gubernamentales para la demolición de la casona.

Quizás una de las vías que pudo seguir el gobierno estatal pudo ser obtener dictamen detallado del INAH, por lo que podría haber argumentado que el recinto demolido carecería de valor patrimonial. Pero la premura con la que actúo el gobierno del estado de Puebla al demoler la edificación para lograr en un tiempo récord, durante la celebración del Tianguis Turístico 2013, la construcción del teleférico logró también acabar con las pruebas que le permitirían argumentar la posible falta de valor patrimonial del inmueble, o la vía acostumbrada por las administraciones previas: la de argumentar que el inmueble significaba un riesgo para los habitantes.

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De acuerdo con las apreciaciones de los especialistas, el teleférico que se plantea construir en Puebla es uno de los más grandes en el país, pues sus dimensiones alcanzarían los dos kilómetros.

Otras ciudades del país cuentan con teleféricos: la ciudad de Durango y su funicular que vincula el cerro del Calvario con el mirador del cerro de los Remedios, un recorrido de 750 metros, con un costo de 90 millones de pesos. Esta es otra vista espectacular que saca ventaja del paisaje de la zona y aunque la longitud del viaje no alcance el kilómetro se puede apreciar una conmovedora vista.

Otros teleféricos son el de las grutas de García, en Nuevo León, que tiene una extensión de 625 metros, y el de Zacatecas. Para los turistas que viajan a Zacatecas esta es una de las mayores atracciones de esta ciudad colonial maravillando a los turistas, construcción que cuenta con una longitud de 650 metros. Entre estas construcciones el de mayor longitud es el de barrancas del Cobre, ubicado en Chihuahua, con un largo de 2.8 kilómetros.

Cabe señalar que durante las pasadas intervenciones a la Casa del Torno los especialistas no se pronunciaron al respecto, sin embargo ante la destrucción de la casa, la especialista Rosalva Loreto, historiadora, así como organizaciones de preservación del patrimonio han externado su malestar a la demolición.

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Como se recordará, la titular del Juzgado Cuarto de Distrito, Yolanda Velázquez Rebollo, ordenó la suspensión definitiva de la construcción de la terminal del teleférico que se encuentra en el barrio del Artista, luego de que el gobierno de Rafael Moreno Valle no pudo comprobar que contaba con permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El gobierno del estado no ha aceptado que la obra se realizó sin los permisos correspondientes del INAH y por lo menos en diversas declaraciones ha descartado modificar el planteamiento original de la obra del teleférico.

En su argumentación, la titular del Juzgado Cuarto de Distrito al suspender las obras refirió que la misma está protegida en el catálogo de monumentos históricos.

La nueva propuesta para zanjar la suspensión de la obra es la realización de una consulta entre los ciudadanos para conocer si debe edificarse el teleférico, propuesta realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Sin embargo, la propuesta de realizar una consulta ha producido encono entre los especialistas en el tema del patrimonio histórico, ya que lamentan el que se haya detenido la obra cuando los daños a la Casa del Torno son irreversibles.

Además, el inmueble demolido estaba registrado bajo la clave 211140010185, es decir, contaba con la protección que señala la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas y su reglamento

El inmueble derruido está incluido en el catálogo de monumentos históricos inmuebles elaborado por la Subdirección de Catalogación de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH.

“La suspensión definitiva se concedió para el efecto de que se mantengan las cosas en el estado que actualmente guardan, y se suspendan únicamente los trabajos correspondientes que pudieran afectar al inmueble antes mencionado.”

La suspensión se dio luego de la destrucción del inmueble de la Casa del Torno.