La Puebla transparente que pregonan los políticos, desde el gobernador Rafael Moreno Valle hasta el burócrata apolillado de escritorio, está lejos de la realidad.

El cuarto lugar a nivel nacional en Ley de Transparencia sólo está en el discurso, cuando un ciudadano acude a cualquier Unidad Administrativa de Acceso a la Información (UAAI) del gobierno del estado, esta pone una serie de trabas para acceder a la información pública y si es reportero, con más razón.

Intolerancia Diario realizó un ejercicio periodístico en el que pone al desnudo todas estas deficiencias en las UAAI de los organismos descentralizados, donde la incapacidad o incompetencia —forzada en algunos casos— es la constante.

La pregunta fue la misma para 30 entidades de gobierno, incluyendo a la Secretaría de Administración, “¿Cuántos despedidos se han registrado en su dependencia desde el 1 de febrero del 2011?”; la respuesta fue la misma, en cada una: “bloqueo” y burocratismo.

De las 30 dependencias estatales, 14 entregaron la información, en 12 de ellas la información estaba digitalizada a pesar de que se había asegurado que no existía de esta manera.

En tanto, se mantienen gracias al ejercicio periodístico en puerta 16 recursos de revisión, en los que la CAIP determinará si la información negada mediante vía electrónica se tiene que ir a recoger o no personalmente, lo que revelará si existe protección real contra el solicitante.

En las UAAI buscaron argucias legales en la ley de transparencia, al poner a disposición la información o sea que el solicitante tiene que acudir a sus oficinas personalmente a revisar o recoger la información.

El pretexto fue el mismo: “no contamos con la información digitalizada”. Con esa excusa no la enviaron vía Infomex o internet.

Pero la sorpresa no fue tan grande, cuando las oficinas gubernamentales se entregaron papeles realizados en computadora.

La digitalización sí existía y desnudó la orden del “bloqueo”, proveniente de un misterioso correo electrónico enviado desde la Contraloría del estado —revelaron algunos encargados de las UAAI—, con la encomienda de hacer complicada la entrega.

Además, la práctica de solicitar la credencial de elector para la entrega de la información es común.

Las cifras de despedidos, pasaron a segundo término. La real transparencia o verdadera opacidad, fue lo que salió a relucir en un mes de maratónicas y desgastantes entregas de la información.

Y con todo esto, la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP) celebra la Semana de la Transparencia en Puebla, la misma que aún queda lejana en la realidad y día a día.

Maratón de excusas
En dependencias como el Consejo Estatal de Población (Coespo), la respuesta fue entregada por lo menos tres días después, no sin antes hacer una cita previa para que los documentos fueran entregados.

En todas las oficinas a pesar de que la ley marca tiempos determinados de entrega, siempre se cumple días después, ya que señalan los encargados que tienen que hacer la requisición nuevamente al área que tiene la información.

Así fue el caso en el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, quienes aunque cumplieron, señalaron los encargados de la UAAI, que no tenían ahí los documentos porque son muy pocas personas las que realmente van a recogerlos.

Por lo mismo prefieren esperar a que el solicitante llegue a sus oficinas de la 3 Oriente 209, para citarlo nuevamente otro día para la entrega de la información, sin importar que el ciudadano de más vueltas.

El pretexto el mismo: estaba en curso, fuera de Puebla.

En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Puebla (ISSSTEP), el problema de la no entrega de los datos solicitados pudo pasar a mayores.

El encargado de la oficina José Alberto Peña Sánchez, secretario de la mencionada área, cuando se le dijo que sería grabada la explicación de por qué no entregaban los datos, amenazó con mandar a traer personal de seguridad para evitarlo.

Posteriormente, más tranquilo, explicó que la información no había sido entregada por el área correspondiente, en este caso la oficina de Recursos Humanos, simplemente porque no habían encontrado a la titular.

Sin embargo, afirmó que los datos serían proporcionados aquella misma semana —6 de septiembre 2012— pero se tenía que esperar a una llamada telefónica para avisar que ya estaba la información, la que nunca llegó.

En el Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icatep), un día antes (martes) citó a este medio de comunicación al mediodía de este miércoles con la promesa de entregarse la información.

A la hora de la cita no hubo nadie en la oficina para entregar el documento, ya que su titular Eduardo Montealbán García había salido de Puebla y regresaría hasta el próximo lunes para continuar con el trámite burocrático.

En Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPAP), fue muy difícil encontrar al titular de la UAAI, Ulises Martínez, pero finalmente tras casi una semana de constantes idas a las oficinas de la colonia San Manuel, se entregaron los datos.

Se tenía que hacer una cita previa para que el funcionario entregara la información, sin embargo al llamar por teléfono no se encontraba nunca en la oficina, por lo que se determinó acudir personalmente.

En la primera ocasión que se asistió a la oficina tampoco se localizó a Ulises Martínez, pero casualmente cuando se le informaba a la secretaria que se asistía a recoger información solicitada por ley de de la materia.

Al insistir siguiente día, no se mencionó que se iba por la información, sino simplemente que se tenía una cita con el funcionario del SOAPAP, quien además tiene a su cargo otras labores en la dependencia aparte de la transparencia.

Fue sólo así que se pudo ingresar a su oficina directamente, donde el funcionario se molestó y aseveró que se había entrado con engaños, pero al insistirle que al citar al solicitante para recoger los datos, realmente se contaba con una cita.

Posteriormente explicó que aún no contaban con la información solicitada desde 1 de agosto, por lo que el área tendría apenas que trabajar en ello.

“¿Por qué no la trabajaron desde que se solicitó, dentro de los tiempos legales?”, se le cuestionó, pero nervioso sólo respondió con la promesa que se entregaría esta semana y responder a la pregunta sería intrascendente. 

Fue hasta dos días después que se entregó la información, ya con un funcionario totalmente amable, al grado de que la dependencia pagó los dos pesos de dos copias impresas entregadas con los datos solicitados, como medida compensatoria “por las vueltas”.

Los cobros
La Corporación Auxiliar de Policía de Protección Ciudadana, se cuece aparte, ya que aunque no negaron la información, si la bloquearon a pesar de que fue solicitada vía Infomex.
El sujeto obligado afirmó no tener digitalizada la información, por lo que la ponía a disposición, pero al asistir a las oficinas ubicadas en avenida de Los Palos S/N San Pablo Xochimehuácan, Puebla, no se encontró al titular por lo que con esa excusa no se entregó la información solicitada.
Posteriormente, se informó que se tenía que pagar el costo de alrededor de 800 copias de los expedientes de las bajas de la corporación, con un costo de dos pesos cada una.
Lo anterior debido a que señalan que el solicitante tiene que hacer las cuentas de las bajas por sí mismo, además de que primero tienen que proteger la información personal de los extrabajadores.
Todo aunque sólo se pidieron datos duros y no cada uno de los expedientes, por lo que la postura de la corporación es de cerrazón total a entregar las cifras.
En el Hospital del Niño Poblano (HNP), la entrega fue también tras una cita, sin embargo los documentos a pesar de estar digitalizados no serían entregados, sino simplemente mostrados para tomar datos a mano.
Sin embargo, el explicar que la información fue solicitada de manera gratuita y que se había alegado que no se entregaba vía electrónica por no estar digitalizada, lo que obviamente era mentira, los funcionarios de la UAAI accedieron a entregar una copia gratuita.
En el Colegio de Bachilleres, el tiempo de espera de entrega superó la hora y media en la oficina, mientras se realizaba un pago de dos pesos por copia en las mismas oficinas, a pesar de que se solicitó de forma gratuita.