La imagen de un exfuncionario de la Secretaría de Gobernación federal como Alejandro Armenta Mier con las manos en alto y rodeado de policías estatales en lo que pareció un operativo contra delincuentes, ilustra como nada la polarización que se vivirá en las campañas políticas. Una guerra sin cuartel.


Ya había denunciado ser objeto de una campaña negra detrás de la cual estaría Mario Rincón González, el secretario de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial y a un operador de los sótanos de la política aldeana como Omar Alvarez Arronte.


Sin embargo la fuerza de la imagen que corrió ayer en redes sociales generó un conjunto de reacciones contradictorias. Armenta Mier fue presidente del PRI, y viene de ocupar la Dirección General del Registro Nacional de Población, un organismo que depende directamente de Gobernación.


No es la mejor carta de presentación del gobierno de Rafael Moreno Valle que ha presumido una relación cordial con el gobierno federal y sus funcionarios. Por ejemplo Enrique Peña Nieto y Miguel Angel Osorio Chong que hace menos de 40 días le inauguraron el Hospital para el Niño Poblano, obra con el que tanto ha adornado su campaña por la eficiencia gubernamental.


“Sobre la jornada electoral que se vivirá en Puebla este año, reiteró su convicción democrática y pleno respeto a ley y a las instituciones que coordinarán este proceso; además, aseguró que sólo en la unidad podremos construir una Puebla más justa, más equitativa y con oportunidades para todos”, publicó el diario Excélsior en una nota firmada por Fernando Pérez Corona el 15 de enero, en ocasión del cuarto informe del mandatario.


Este mismo miércoles el precandidato priista a la diputación federal por el distrito VII por Tepeaca confirmó lo que de suyo debe ser: que en el viejo Palacio de Covián en Bucareli ya habían acusado recibo de la campaña de hostigamiento de la que presumiblemente es objeto desde el gobierno del estado.


Rincón González será candidato por ese mismo distrito, así que para nadie es desconocido que ese será uno de los escenarios en los que mayores marrullerías serán conocidas.


Desde hace semanas que Parabólica narró la guerra de bardas que se vive sobre todo en Amozoc, con pintas en contra de Enrique Peña Nieto. Acusan al presidente de traicionar a los mexicanos y lo responsabilizaban de la masacre que costó la vida de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Iguala, Guerrero.


Los conocedores de los entretelones del poder asumen que detrás de esa campaña está la mano de la dupla Rincón González-Álvarez Arronte; más aún, que de esa campaña no es ajeno el inquilino de Casa Puebla. Son usos y costumbres del grupo que ahora gobierna el estado, aseguran los iniciados.


Ya se verá cuál será el resultado del escalamiento del obvio hostigamiento que viven opositores al Serenísimo Señor Feudal.