No cabe duda que la ambición de algunos grupos se ha aprovechado de un reducido grupo de jubilados de la UAP y quieran exigir algo que no les corresponde.


A raíz de la firma del acuerdo contractual entre los sindicatos de la ASPABUAP y del SITBUAP, unos cuantos inconformes, manipulados por grupos externos a la universidad como los son gente del SUNTUAP, con Guillermo López Mayo, el asesor de este organismo Abelardo Cuellar y del Movimiento Alternativa Social, quieren no sólo abanderar sino lucrar por una causa perdida.


A algunos se les olvida que los recursos que se asignan para los aumentos salariales que se dan a las universidades públicas en México, es controlado por el gobierno federal, esto a partir de la negociación que se hace con el STUNAM, el cual impone el tope salarial que se dará a los demás trabajadores universitarios del país.


Este año lo conseguido por los trabajadores de la UNAM fue de 3.4% directo al salario y 2.2% en prestaciones.


Esta partida se generalizó a todas las instituciones, por lo que para las negociaciones salariales tanto las instituciones como los sindicatos podían entablar un acuerdo a partir de este porcentaje nacional.


Sin embargo, en el caso de la UAP, la madurez y sensatez de los sindicatos encabezados por Jaime Mesa Mújica por la ASPABUAP y Misael Mejía Pérez del SITBUAP realizaron una negociación con la institución que puede calificarse de estable y ejemplar.


La ASPABUAP que representa a los trabajadores académicos logró un aumento de 3.4% directo al salario y 2.2% en prestaciones, la razón es lógica porque los académicos cuentan con categorías que difícilmente se puede mover.


Hay tiempos completos, medios tiempos y hora clase, a los cuales se les debe dar el aumento de acuerdo a lo establecido nacionalmente.


En el caso de los administrativos, las decisiones de subir, bajar o quitar son más fáciles de tomar, con el fin de lograr un beneficio a uno de los sectores juegan un papel importante en el avance de las UAP.


El SITBUAP que representa a los trabajadores no académicos, se sumaron a la propuesta de este 3.4% para que se pudiera beneficiar a los trabajadores que menos ganan.


Para ello todos los directivos, funcionarios, jefes de área, incluidos el rector de la UAP, de manera solidaria aceptaron no recibir este año un aumento salarial para que los menos favorecidos salarialmente en la UAP recibieron un aumento del 8% en su poder adquisitivo.


En el caso de los jubilados el aumento que se dio es de 3.4% y de 2.2% en prestaciones, aumento que sin duda habla de una equidad.


Pero con esta exigencia fraguada por los grupos externos, piden 8% de aumento al salario y otras prestaciones.


Los trabajadores jubilados en su mayoría saben que este aumento es justo de acuerdo a los recursos institucionales otorgados por el estado mexicano, por lo que sería injusto que se generalice un 8% a todos los universitarios, ya que es un beneficio extra.


La razón es muy simple, muchos de los jubilados que se han visto beneficiados con leyes anteriores en la UAP, lograron jubilarse a los 25 años de labores, esto sin duda fue un derecho acorde a los tiempos que se vivían en México.


Muchos de los trabajadores aún jóvenes y en edad productiva lograron trabajar en otras áreas, recibiendo una pensión por parte de la UAP, quienes además, pese ha haber pasado de activos a pasivos, reciben los aumentos que acordados por los sindicatos y las autoridades universitarias.


Sin duda la expresión de 10 jubilados no es una expresión universitaria sino que se trata de un movimiento externo, de grupos ajenos que quieren hacer de la UAP un botín financiero.


Las malas lenguas señalan a Guillermo López Mayo, para que con su socio Abelardo Cuellar, asesor legal del SUNTUAP, estén haciendo caer al representante de los jubilados del SITBUAP, así como a un exsecretario de esta organización sindical.