Es un capricho del inquilino de la casona de Los Fuertes. Se casó con la idea; sin embargo, ésta se ha ido modificando conforme avanza el sexenio, hasta convertirse en un remedo de teleférico, el cual recorrerá una distancia no mayor de 600 metros.
En su obsesión por convertir a Puebla en un auténtico parque de diversiones, nuestro personaje se ufanó de que al final de cuentas la ley le dio el visto bueno a su capricho, pese a sufrir modificaciones, clausuras y hacer un sinfín de rabietas.
El tan cacareado proyecto partirá del recién inaugurado parque Paseo del Teleférico, el cual se ubica en la calzada Zaragoza, al Centro Expositor. El recorrido es menor, al trazo original; sin embargo, la inversión supera los 200 millones de pesos.
Y es así como después de tres años, una de las mayores obsesiones del Señor de los Cerros por fin quedará lista este 2015, si es que no hay sorpresas.
Pero veamos. 
Los teleféricos se justifican cuando son utilizados para alcanzar grandes alturas superando desniveles y de paso cumpliendo con un atractivo turístico. En el caso de Puebla, el teleférico prácticamente correrá en línea recta, considerando la mínima altura que tiene el cerro de Los Fuertes comparado con los verdaderos teleféricos del resto del mundo, como los de Mont Blanc, Gibraltar y Masada, entre muchos más. 
Para no ir lejos, hace unos años en la Sierra Tarahumara se dio a conocer la instalación de un teleférico panorámico similar a los que existen en Bolivia y Suiza, con el obvio justificante de la impresionante sierra de Chihuahua.
No me explico cómo el Señor de los Cerros vaya a justificar el derroche de cientos de millones de pesos, cuando las carencias de miles de poblanos en la Sierra Norte y en la Mixteca son enormes. 
La edificación de este proyecto ha sido un auténtico calvario. Y vio la luz el pasado 12 de agosto del año pasado, cuando el gobierno informó que la empresa hidalguense CEMS, mediante la adjudicación directa, es la encargada de construir este capricho sexenal.
En aquella ocasión, se informó que el costo promedio será de más de 143 millones de pesos y su recorrido será de 600 metros aproximadamente. Pero como ya es costumbre, los sobre-costos son una constante en esta administración, y si a esto le añadimos las veces que montaron y desmontaron las torres del teleférico, convierten al de Puebla en uno de los más caros y más cortos en México.
Para sostener la anterior tesis, retomo un fragmento de una nota publicada en el portal UNOTV, en agosto de 2014, en donde hace un comparativo con otros teleféricos que hay en el país.
“Al día de hoy, el teleférico más largo que existe en nuestro país se ubica en las Barrancas del Cobre en el estado de Chihuahua, el cual tuvo un costo de 250 millones de pesos y una longitud de 2.8 kilómetros.
”El de Durango que conecta el cerro del Calvario con el mirador del Cerro de los Remedios contó con una inversión de 902 millones para sus 750 metros de recorrido”.
Hasta aquí la obligada cita.
Con esto me queda claro que el de Puebla será de caricatura, pero la obsesión por Los Pinos lo explica todo.