Ya se dio cuenta de que el personal de seguridad que se encarga de la vigilancia de las tiendas Liverpool, además de la nueva zona comercial Serdán, son elementos de la Policía Auxiliar del Distrito Federal.
Estos elementos portan armas como rifles de asalto R-15 y le comento que estos no están facultados para realizar ningún tipo de vigilancia fuera de su jurisdicción, además de que tampoco pueden portar ningún tipo de arma.
Al respecto, lo invito a reflexionar dos preguntas.
La Policía Auxiliar del DF está operando en Puebla por sus hu... o fueros.
O el secretario de Seguridad Pública del Gobierno del estado, Facundo Rosas Rosas, expidió un extraño permiso.
De entrada, le comento que en el Distrito Federal los cuerpos de seguridad, sobre todos los preventivos, no están al margen de ser rebajados por la delincuencia, y le comento como ejemplo el recién asalto donde se llevaron relojes finos.
En Puebla existen problemas para la portación de armas de cargo, mientras la Policía Auxiliar capitalista trajo sus rifles de asalto.
Ahora le pregunto si sabe usted qué hacen en Puebla estos policías durante su día de descanso.
!Que alguien explique!
 
‎Trata desde la misma SSPE
Con el pleno conocimiento de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), desde hace meses un nuevo negocio funciona viento en popa en el Cereso Regional de San Pedro Cholula, la prostitución de un grupo de cuatro mujeres colombianas que desde hace meses cayeron presas en ese reclusorio.
El asunto comenzó en virtud de que estas mujeres al no tener familiares en México, por voluntad propia comenzaron a vender su cuerpo al interior del penal, con internos, abogados litigantes y hasta entre el personal administrativo que labora en ese centro penitenciario, para de este modo hacerse de algunos ingresos y solventar sus gastos personales.
Sin embargo, una vez que las autoridades del reclusorio se percataron de la gran demanda por los servicios sexuales de estas exuberantes mujeres, tomaron la decisión de ponerse al frente del negocio y explotar sexualmente y llevar una jugosa comisión por cada servicio que prestan las reclusas, cuyo costo oscila entre mil 500 y 2 mil pesos por cada servicio de una hora.
Tales hechos han empezado a adquirir dimensiones de escándalo, toda vez que los servicios sexuales de las jóvenes reclusas ya se han empezado a ofrecer abiertamente fuera del Cereso de Cholula y el flamante supervisor general de Establecimientos de Reclusión de la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado, Rafael Adame Gómez, no ha hecho el menor intento por remediar este asunto, porque posiblemente son partícipes de los beneficios económicos que genera esta lucrativa actividad.
Del tema ya han dado cuenta los medios de comunicación locales en San Pedro Cholula en múltiples ocasiones, y no ha merecido un desmentido por parte de las autoridades municipales de la Dirección General de Reclusorios, porque todo mundo está metido hasta el cuello en el floreciente negocio de la prostitución en la cárcel.
Nos vemos cuando nos veamos.