Los arcos de seguridad, supuestamente creados para detectar criminales, terminarán convertidos en monumentos de culto para la delincuencia organizada que hará del Señor de los Cerros su nuevo hazmerreir.
De ahí que entre las faraónicas obras del morenovallismo, mención aparte merezcan los llamados arcos de seguridad, recientemente inaugurados por Moreno Valle.
Los gigantescos castillos de estos tres supuestos custodios de la ciudad serán la burla del crimen organizado, al que ya le dieron el mensaje exacto de por dónde no deben transitar.
Los más de 130 millones de cada arco de seguridad son un derroche más de los ya característicos de la administración estatal.
Pero vayamos por partes.
De acuerdo a la información técnica dada a conocer de manera oficial, estos arcos permitirán prevenir y abatir delitos como secuestro, robo en carreteras, delitos contra la salud, robo de vehículos, trata de personas, tráfico de armas y robo de hidrocarburos, entre otros.
Suponiendo que la avanzada tecnología utilizada para detectar a delincuentes sea eficiente, ya que estos arcos de seguridad contarán con sistemas lectores RFID (REPUVE) de video vigilancia urbana, identificación de matrículas, interconexión a la red estatal, telemetría vehicular y generación de imágenes de rayos X, es obvio que quienes trafiquen con drogas, carguen un arsenal, lleven un secuestrado o un encajuelado o se trasladen en un vehículo robado no van a pasar por ninguno de estos tres arcos, sobre todo si en las autopistas seleccionadas como la México-Puebla, la Puebla-Veracruz y la Santa Ana-Puebla, en todas existe una vía federal o una carretera libre alterna.
Parte importante del éxito de un retén policiaco o militar es que estos se coloquen de manera sorpresiva y aleatoria, para evitar que los delincuentes lo evadan.
¿O acaso se imaginan ustedes a un delincuente pasar frente a uno de estos arcos, cuando tiene como opción a unos cuantos metros la carretera federal?
Además, Puebla capital tiene cuando menos ocho vías de acceso, entre ellas dos por el Distrito Federal, dos por Morelos, dos por Veracruz y dos más por Tlaxcala.
Partiendo de lo anterior, es evidente que los arcos de seguridad para lo único que van a servir es para gastar los millonarios recursos que en materia de seguridad el Congreso federal le ha otorgado a los estados, incluidas las jugosas comisiones que estas representan.
Y de paso, fiel al estilo del inquilino de Casa Puebla, hacerlas lo más vistosas posibles para presumirle a todo México que el gobernador poblano es el gran custodio que todos esperamos.
Lamentablemente, Puebla puntea en el renglón de asaltos con violencia y robo en casa habitación, y en donde los arcos de seguridad serán la burla total del crimen organizado.
Así las cosas, aunque no faltará algún despistado delincuente de medio pelo que caiga detenido, los miembros del crimen organizado se pasarán por el arco del triunfo a los "imponentes" arcos morenovallistas.
Pero eso sí, debo de reconocer que estos elefantes blancos les quedaron impresionantes.