Una “ola” de ataques se ha registrado contra reporteros en Puebla en por lo menos el último mes. Pero no se crea que se ataca a los compañeros por su trabajo o lo que publican. No, sólo se trata de que han sido víctimas de la delincuencia, tal como les sucede a decenas de poblanos diariamente. Simplemente nadie se salva y les tocó.
Lo curioso es que los casos no se han publicado debido a que sus propios medios de comunicación están tan comprometidos con las autoridades que no pueden sacar nada de esas situaciones.
Sus jefes prefirieron callar antes que atacar a las autoridades.
Por fortuna, ninguno seis robos en un mes, contra reporteros —contabilizados por el que esto escribe—, ha pasado a mayores y se han quedado sólo en las estadísticas de la delincuencia, la pérdida de objetos materiales, dinero en efectivo y el susto.
El caso que más espanta fue el sucedido a una joven reportera de la fuente educativa de un portal de noticias, luego de que delincuentes entraron a su casa para llevarse objetos de valor.
Lo grave de la situación es que la comunicóloga estaba dormida en su recamara en los momentos en que los ladrones ingresaron.
Por fortuna no fue despertada ni mucho menos atacada, pero ella misma reconoce que tuvo suerte, aunque se llevó un gran susto al despertar en la mañana y descubrir que se llevaron sus cosas.
Lo malo que ahora ya no puede dormir tranquila por la misma situación.
Otro ejemplo fue el de un reportero radiofónico, la semana pasada, quien fue asaltado a bordo de un taxi, cuando regresaba de una reunión en su estación.
El compañero tomó la unidad cerca de la Capu, pero en el trayecto, ya casi al llegar a su destino, otro sujeto subió al vehículo para que lo forzaran a entregar su cartera con 2 mil pesos, teléfonos y hasta la grabadora.
Al ir a presentar su denuncia ante el Ministerio Público, se enteró de que su tarjeta fue vaciada en tiendas Oxxo.
Al pedir la investigación, al haber cámaras en estos establecimientos de conveniencia, simplemente le dijeron que si él quería podría por sí mismo hacer la investigación, porque estaban muy ocupados.
En otro caso, un reportero que además funge como jefe de un portal de internet que apoya constantemente a las autoridades estatales, fue asaltado muy cerca de la Arena Puebla, en la 13 Oriente en el centro de la ciudad.
El comunicólogo, que ha sido criticado por los mismos compañeros en los últimos días por defender a ultranza a las autoridades en sus escritos, fue asaltado a punta de pistola cuando caminaba por dicha zona, a plena luz del día.
Le arrebataron su equipo de cómputo, además de dinero, grabadora y demás artículos propios de un reportero.
Fue así como se presentó a la agencia del Ministerio Público para denunciar el hecho. Pero de hacerlo público, ni una palabra.
Sobra decir que ambos casos fueron denunciados ante la Procuraduría de Puebla, sin haber rastros de los delincuentes hasta ahorita.
Un robo más fue contra una reportera de un medio de comunicación impreso, quien en un microbús fue bolseada, perdiendo la quincena completita.
Pero algo más grave le sucedió a su novio, quien fue detenido en un retén de la Policía Estatal, donde le pidieron 2 mil pesos, si no quería “que le encontraran” droga en su carro.
No tuvo de otra más que darles dinero, para evitar la siembra.
Los casos quedarán en el anecdotario.
 
El corrido
Un último ataque contra un reportero sucedió hace unos días en Canoa.
En esa ocasión, sí fue contra su trabajo periodístico.
Y es que el joven comunicador se presentó para cubrir la nota de una asamblea que se llevaba a cabo en el lugar ante la represión gubernamental.
Pero este joven fue corrido del pueblo, bajo la amenaza de que mejor se fuera, si no le iba a pasar algo.
Lo malo es que la advertencia vino de parte de Misrahim Hernández Fernández, de Contingente Puebla, organización no gubernamental defensora de los derechos humanos.
Y es que le dijo que los habitantes no estaban de acuerdo con lo que publicaba su medio a favor del gobierno, por lo que mejor sería irse, y así lo hizo.
Mal por el activista, que le pidió que se fuera, porque independientemente de lo que escriban, se debe mantener la libertad de expresión y no sólo estar a favor de quienes escriben lo que les gusta.
De este modo cayeron en la represión que tanto pelean.
 
Feliz Navidad
Les avisamos que este espacio toma un breve descanso, pero antes les deseamos muchas felicidades a nuestros lectores.
Lo mejor para estas festividades, y mucho mejores para el 2015.