Desde su llegada a la Contraloría del estado, Malcolm Alfredo Hemmer Muñoz terminó convertido en uno más de los cómplices contralores que han desfilado a lo largo de este sexenio.
Las denuncias periodísticas de los pocos medios críticos terminan durmiendo el sueño de los justos en los cajones del complaciente auditor, quién se ha convertido en un protector a ultranza de los corruptos funcionarios morenovallistas.
En medios como Intolerancia, Status, Central, La Jornada de Oriente, Lado B y unos cuantos más se han documentado innumerables actos que revelan el brutal saqueo a las arcas estatales por parte del grupo en el poder.
No se necesita acudir a las hemerotecas o a los archivos digitales para encontrar corruptelas dignas de que la Contraloría del estado actúe con severidad no sólo para sancionar a los funcionarios, sino para iniciar procedimientos penales ante las instancias respectivas.
Lamentablemente, la complacencia del inútil contralor ha provocado que se desborden los saqueos en todos los niveles del gobierno estatal.
Es evidente que, ante la nulidad de Malcolm Hemmer Muñoz, hasta el más modesto de los servidores estatales haya decidido hacerse justicia por su propia mano, con comisiones, mordidas, venta de plazas y muchas otras componendas que son el pan de cada día.
Hay que recordar que Particia Leal, en su paso por la Contraloría, dedicó casi tres años a perseguir —con muy poco éxito— a los funcionarios marinistas, olvidándose de auditar a las dependencias morenovallistas, las cuales operaron los recursos estatales con un libertinaje total.
Posteriormente, Eukid Castañón buscó apretar a algunas de las carteras estatales, pero poco hizo para controlar a los peces gordos de la administración. Aunque sí aprovechó para preparar algunos negros expedientes, que seguramente serán utilizados en la sucesión de 2018.
A la salida de Eukid, apareció una encargada de despacho cuyo nombre —María Catalina Daza— tuve que buscar en Google, toda vez que su gris paso por la Contraloría no sirvió ni para que este columnista se acordara de cómo se llama.
Así las cosas, las compras a modo y las licitaciones de obra amañadas seguirán imperando en la Secretaría de Finanzas sin que Malcolm mueva un dedo.
Las componendas en la Secretaría de Ecología permitirán que el amigo del Señor de los Cerros Jorge Kahwaghi haga el negocio de su vida con sus verificentros, mientras los poblanos pasan las de Caín para poder verificar sus autos.
La Procuraduría General de Justicia seguirá fabricando delitos y los ministeriales, extorsionando incautos, con la bendición de mister Malcolm.
La SCT seguirá haciendo negocio con los permisionarios y con el ineficiente sistema de transporte RUTA, bajo el beneplácito del inefable auditor.
Y mención aparte merece la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Facundo Rosas, en donde el cáncer de la corrupción se ha esparcido desde el secretario hasta a los agentes de menor rango de la dependencia.
Bien dicen que "en el arca abierta, hasta el justo peca".
Y con un contralor de caricatura como Malcolm, todos los funcionarios morenovallistas cuentan con una poderosa licencia para robar.
Por eso estamos como estamos.
 
Desatada, la corrupción en la SSP
A propósito de corrupción, el día de ayer publiqué datos duros sobre la Secretaría de Seguridad Pública y puse como ejemplo el pago de cuotas mensuales que deben entregar los jefes de región.
En respuesta, al medio día, el director general de Seguridad Pública, Marco Antonio Estrada López, quien es el directamente beneficiado por el pago de estas cuotas, inició una pesquisa al interior de la dependencia, para detectar al soplón que entregó la información a este columnista.
También, citó con carácter de urgente a los jefes de región, a los que cínicamente les dijo que a él los periodicazos ni lo espantan ni lo intimidan, que sigan trabajando igual y que no fallen con sus cuotas.
En el colmo de la desfachatez, el comandante Estrada les dijo que no se preocupen, que todos tienen el respaldo de él y del secretario Facundo, por lo que pueden seguir mordiendo tranquilos.
Y cómo no, si la Contraloría de Malcolm es un auténtico cero a la izquierda.
Para el día de mañana les tengo más información de lo que sucede en Seguridad Pública, en donde la corrupción empieza desde la cabeza hasta la mugre de las uñas de los pies.
Hasta aquí apesta.