Como presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político del PRI, Guillermo Deloya cometió un desliz de principiante el sábado 27, cuando excluyó de la contienda interna por la candidatura a la gubernatura de 2016 a otros correligionarios suyos.
Pudo haber sido preso de la euforia que propicia la algarabía fugaz de un encuentro entre pares, o por el arrebato del momento, decidió que sólo de cinco distinguidos militantes priistas puede salir la persona que competirá por la gubernatura en 2016.
Un tuit posteado en el microblogging el sábado 27 permitió conocer las cartas con las que se integra el juego futurista para competir al croupier en la esfera local, el popularmente conocido Gober Bala, al que parece no haber hecho mella en su fuero interno el estigma de la represión y homicidio de un menor de edad de una familia humilde.
Esta foto se titula: “de aquí sale (el, la) buan@¡¡” y en la imagen aparecen de izquierda a derecha el subsecretario de Desarrollo Social, Juan Carlos Lastiri (@JuanCLastiri); el diputado federal, Enrique Doger Guerrero (@EnriqueDogerPue); la senadora Blanca Alcalá Ruiz (@SoyBlancaAlcala); el diputado local y dirigente priista en el municipio, José ChedraduiBudib (@pepechedraui); y el propio presidente del Icadep (@gdeloya).
Es cierto que el capital político de cada uno de los priistas enlistados en la lógica del tuitero poblano tiene méritos, derechos y posibilidades de alcanzar la candidatura que estará en juego apenas termine el proceso electoral federal de 2015, pero no pueden ser los únicos.
Reducir las posibilidades en el juego del poder del partido que dejó de ser gobierno hace apenas cuatro años lleva un mensaje implícito de exclusión a otros actores que no deben merecer un trato de esa naturaleza, sobre todo a la luz de la experiencia pasada: la división evidente propició el fracaso electoral del que aún no se levanta ese partido.
Y arroja una conclusión que no debe pasar desapercibida. Nadie parece haber informado a un profesional de la política partidista como Deloya que apenas el jueves 25 en un salón social del rumbo de Bugambilias, Alberto Jiménez Merino encabezó su propio pre destape bajo una máxima en política: lo que parece es.
Con unos mil 500 invitados, entre quienes estuvieron el exgobernador Mario Marín, el delegado de Sagarpa respondió a una pregunta de los medios sobre cómo se vería en 2016. “Estoy listo para todo”, respondió este político de los pesos completos que, sin embargo, no figuró en la lista del presidente del Icadep.
 
En el sótano…
¿Feliz cumpleaños? Fracturado, dividido y en una lógica ajena a la realidad que impera en la esfera nacional, el PAN deberá presumir los “logros” del gobierno de Rafael Moreno Valle. Esa fue la línea que tiró el propio mandatario el sábado que festejaron los 75 años de la fundación de ese partido. 
Han pasado casi 72 horas y no ha surgido una sola voz dentro del panismo poblano que pondere las maravillas de una administración que vive una crisis multifactorial derivada de un voluntarismo individual que persigue metas de corto plazo, en detrimento del estado anímico de los ciudadanos que tienen una opinión adversa pero soslayada por esta nueva clase política que todo mundo reprocha.    
No sólo se ausentaron integrantes del PAN histórico en el festejo efectuado en el Centro Expositor, sino que debieron acarrear gente del interior del estado, como en los mejores tiempos del priato, que todo compraba con los recursos en cuantía a los que accedía cuando fueron gobierno. ¿Feliz cumpleaños?