El que se escuchó ayer en el Complejo Cultural Universitario no fue otra cosa que el grito de guerra que durante cuatro años vivió ahogado en las gargantas de los priistas poblanos.
Desde que el PRI perdió Casa Puebla, su militancia tuvo que pagar con sangre la humillante derrota propinada por Rafael Moreno Valle.
Como tribu conquistada, tras su rendición, los priistas pasaron de plebeyos a esclavos, viviendo las humillaciones del nuevo tatiasca.
Pasaron casi cuatro años sin que nada ni nadie se atreviera a levantar la voz en contra de los abusos y excesos del Señor de los Cerros.
Tuvo que ser la muerte de un niño en un operativo policiaco la que cambiara el rumbo político a este estado.
La historia del morenovallismo será contada antes y después de Chalchihuapan.
Y en esa nueva inercia, el priismo vivió ayer un nuevo capítulo, en donde los discursos críticos retumbaron en el auditorio del Complejo Cultural Universitario, particularmente con las voces del presidente nacional del tricolor, César Camacho, e Isabel Allende.
Los calificativos externados ayer hicieron eco hasta Casa Puebla, de donde —entre celulares volando— salió la orden directa para que los medios a modo no publicaran los discursos contra el gobierno estatal.
Sin duda, la renovación de la dirigencia estatal priista no podía llegarles en mejor momento. La crisis del gobernador ha revitalizado los ánimos tricolores, al grado extremo de que César Camacho habló ayer de carro completo en la elección federal del 2015.
Sin embargo, más allá de las cuentas alegres del presidente tricolor, es innegable que la llegada de Ana Isabel Allende al PRI le da nuevos bríos a un priismo que hasta antes del 9 de julio vivía prácticamente desahuciado.
El discurso de la nueva líder tricolor confirmó la línea dura que mostraron Ivonne Ortega y César Camacho, pero sobre todo demostró que tiene los tamaños para enfrentar en el discurso al Señor de las Balas.
Y será hasta el 2015 cuando se descubra si los tambores de guerra que ayer retumbaron en el Complejo Cultural Universitario anunciaron el verdadero renacer priista.
Veremos y diremos.
 
Moya, el gran empresario
La mente maestra que ha convertido la administración estatal en un gran centro de negocios es ni más ni menos que el secretario de Finanzas, Roberto Moya Clemente.
En una próxima entrega les daré los detalles de la compleja red de ingeniería financiera con la que el cerebro financiero morenovallista se presume que opera los recursos no oficiales y que originalmente servirían para respaldar el proyecto presidencialista de 2018.
Por lo pronto, hay dos temas que por menores que parezcan demuestran la voracidad de una administración que no está dispuesta a dejar pasar una sola oportunidad de negocio.
Sin embargo, el hambre de negocios los ha cegado de tal manera que están a punto de provocar nuevos conflictos sociales.
El primero de ellos es la supuesta modernización del Parque Ecológico, en donde las concesiones a empresas privadas explican el interés del morenovallismo de echar para adelante con un proyecto impopular que le costará una millonada a los poblanos, para terminar en manos de inversionistas privados.
Otro esquema de negocios planeado por Moya Clemente es el de la concesión de las tiendas escolares a cadenas comerciales.
Y aunque ya habíamos hablado de este esquema en esta columna, lo que no han calculado es que paralizarán a las escuelas, que destinaban los recursos que generaban las tiendas escolares para el pago de luz, teléfono y agua potable.
En su ambición de negocios, olvidaron que en la SEP no existe una sola partida financiera para que se paguen estos rubros.
Vaya escándalo el que se le vendrá al gobierno del estado, cuando los comités de padres de familia de todas las escuelas del estado suspendan labores por falta de luz, agua y otros tantos servicios.
Así las cosas, a la cadena de abusos y excesos como los registros civiles en las juntas auxiliares, las detenciones ilegales contra manifestantes, la imposición del metrobús, la cancelación de concesiones de los verificentros y a los despidos masivos de burócratas se sumará la privatización del Parque Ecológico y la concesión de las tiendas escolares.
Y todavía juran que "lo mejor está por venir".