No se necesitaba ser un genio para presagiar que el Señor de las Balas entregaría a los policías en cuanto su fantasiosa versión de los cohetones y las ondas expansivas se cayera.
El día de ayer, una investigación del portal informativo UnionPuebla.com, del poderoso magnate Carlos Slim —alianza del diario El Universal y el portal Uno TV Noticias—, reveló que el gobierno del estado planeaba resguardar la información del caso Chalchihuapan durante siete años.
De acuerdo con este medio, el gobierno fue requerido vía Transparencia, para que informara del tipo de armas utilizadas en el operativo que cobró la vida de José Luis Tehuatlie y también los nombres de los mandos que ordenaron las acciones en contra de los manifestantes.
La respuesta inicial por parte del gobierno del estado fue que no podían contestar debido a que toda la información del caso Chalchihuapan estaba reservada durante siete años, por lo que no se podía entregar ningún dato de lo sucedido en el operativo. 
Ante esta respuesta, los medios locales —Intolerancia al frente— iniciaron una arremetida que fue secundada por las redes sociales, obligando al gobierno estatal a dar la cara para cambiar su postura, entregando una respuesta al medio que originalmente solicitó la información.
Es evidente que el desprestigio morenovallista ha generado que las redes sociales se enciendan ante el más mínimo indicio de prepotencia y autoritarismo de parte de Moreno Valle.
Lo que anteriormente pasaba por alto hoy es motivo de escrutinio social.
Las redes no le perdonan nada.
De ahí que la respuesta oficial, en donde se notificó que no entregarían ningún dato cobre el caso Chalchihuapan, tuvo que ser modificada en cuestión de horas, para evitar que la rabia de las redes sociales siguiera creciendo.
Fue así como apareció una nueva respuesta, en donde, sin miramiento alguno, ya presentaron al primer chivo expiatorio, que no es otro que el mando policiaco que se encontraba al frente del operativo.
Es claro y notorio que, ante la imposibilidad de mantener la versión de la onda expansiva, en la que se trató de culpar a los pobladores de Chalchihuapan de ser los autores materiales del asesinato del niño, tuvieron que preparar otra historia, en donde ya dieron el nombre del director de operaciones policiales de la policía estatal preventiva, Willibaldo Díaz Castillo, como el hombre que ordenó la agresión en contra de los manifestantes.
Por increíble que parezca, ahora van a culpar a un jefe de la policía preventiva, cuando el responsable directo es el secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, y su directora de la policía.
Y además, tal y como lo anunció Intolerancia Diario, reconocieron el uso de lanzaderas de proyectiles de gas, los cuales —de acuerdo con los manuales de manejo de estas armas— pueden resultar mortales si se disparan de manera directa a las personas.
Por donde se analice, este boletín inculpa al gobierno del estado y aunque intentarán culpar a quien coordinó el operativo, la responsabilidad llega hasta el gobernador del estado.
Guardadas las distancias es como intentar culpar de la matanza de 1968 en Tlatelolco al comandante del ejército que se encontraba al frente de los escuadrones y se buscara exonerar al presidente Díaz Ordaz y al secretario de Gobernación Luis Echeverría.
En estos casos tan delicados no se dispara un arma si no lo ordena el jefe del Gobierno.
Así que, ante esta confesión del gobierno, se terminan de disipar las dudas sobre la autoría material e intelectual del homicidio de José Luis Tehuatlie.
Más claro, ni el agua.