San Pedro Cholula es en estos momentos el municipio donde las autoridades mantienen como su principal interés la limpieza en todas sus juntas auxiliares de grupos delictivos que se fortalecieron durante administraciones pasadas, a base de corruptelas.
Juan José Espinosa Torres, el presidente municipal, instruyó a su encargado de Seguridad Pública para crear un grupo especial que pudiera ubicar y desmantelar a todas las redes delictivas que durante varias administraciones fueron, en algunos casos, olvidadas y, en otros, fortalecidas por componendas, donde —hay que decirlo— el Ministerio Público jugó un papel principal al despreocuparse por un fenómeno que afectó y afecta a los cholultecas: el incremento de la inseguridad. 
En menos de una semana el recién creado Grupo Táctico Especial presentó ante el Ministerio Público , tanto del Fuero Común como del Federal, a ‎cerca de 30 sospechosos de delitos del orden común y federal, muchos de estos líderes de pandillas autodenominadas “La Gran Familia Mexicana” de San Francisco Coapa, “Pocos pero Locos”, “Los Pepes” y muchos otros más, que pudieron o formarían parte del crimen organizado.
Este tipo de delincuentes, además de perpetrar atracos, “venden protección” a los habitantes de juntas auxiliares como San Gregorio Zacapexpan, San Francisco Coapan, Santa Maria Cuexcoman, San Matías Cocoyotla y otras más.
Los detenidos se encuentran a disposición de las autoridades correspondientes. 
 
La corrupción del Ministerio Publico
Una de las "cajas chicas" de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) es la delincuencia que se genera en las juntas auxiliares; en este caso, de las de San Pedro Cholula, donde el Ministerio Público ha emprendido prácticas ‎dilatorias para consignar a un detenido, ya sea para ponerlos en libertad o para consignarlos por un delito menor.
Caso concreto, la detención de un sujeto que baleó la casa de otro, armado con una escopeta y que fue presentado ante el fuero común.
Quien estaba a cargo tardó cerca de 20 horas para iniciar investigaciones contra el agresor, luego lo puso en libertad porque “las dos partes habían llegado a un acuerdo”, cuando se trata de delitos que se siguen por oficio; es más, alguien del Ministerio Público se quedó con el arma “porque estaba viejita”.
Si el procurador de Justicia no pone en su lugar a sus fiscales, su Pueblo Mágico se les va a “ensuciar”…‎
 
Primero el cumpleañero, luego el deber 
Ofelia Trueba Mirón, ama de casa de 33 años de edad, analiza presentar una queja en contra del personal del área de Psicología, que el lunes 14 de abril estuvo de turno en la agencia del Ministerio Público de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar, porque tardaron hasta cinco horas para realizarse un análisis psicológico tras haber sido golpeada, y maltratadas sus hijas, por parte de su exconcubino. Y es que en el área de Psicología le celebraban su cumpleaños a un empleado, con pastel y refrescos.
Ofelia y sus dos hijas, de 15 y 12 años de edad, desde lejos fueron testigos de la celebración en una oficina pública y en horas de trabajo. La encargada del área de Psicología le dijo que “ella hacía su trabajo cuando quisiera y si no le gustaba se fuera a quejar con quien quisiera”, fue la respuesta de la servidora pública —que ocultó su nombre— cuando la afectada le preguntó a qué hora iba a atenderlas.
Ofelia Trueba llegó la medianoche del domingo 13 de abril a denunciar haber sido golpeada por su expareja sentimental, Gabriel Pérez Ramírez, de 32 años de edad, quien trabaja en la empresa Sabritas como vendedor y quien al parecer es adicto a las drogas, por lo que constantemente “pierde la cabeza” y la ha emprendido contra su expareja, con la que tuvo un niño que actualmente tiene 8 años de edad.
La mujer, al ingresar a la delegación del Ministerio Público tenía huellas recientes de haber sido golpeada por Gabriel Pérez, quien incluso arrancó los cables del coche de ella para que no pudiera denunciarlo. Ofelia dijo que la agresión ocurrió en una de las casas de la calle 10 de Mayo, en la colonia San José los Cerritos, de la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán, pero los agentes de la Policía Ministerial (PME) se negaron a ir a buscarlo; su argumento fue que ya no existía flagrancia del delito, cuando éste fenece a las 48 horas. Además, era domingo y de noche.
Ofelia declaró dentro de la averiguación previa 1324/2014, que Gabriel Pérez Ramírez fue a su casa, en el SNTE, para que le prestara al hijo de ambos —que tiene 8 años de edad— para llevarlo al partido de futbol Puebla-América; por la noche recibió una llamada telefónica de un niño que le indicaba que su hijo estaba llorando mucho y que su papá estaba muy borracho y no quería llevarlo a su casa.
Ofelia llegó en un vehículo particular a la casa de la colonia Tres Cerritos para traer a su hijo, le acompañaban sus dos hijas, que no son hijas de Gabriel Pérez.
Este hombre al ver a su exmujer, de inmediato se le fue encima a puñetazos; las niñas trataron de proteger a su madre pero también fueron atacadas por el sujeto, que al parecer se encontraba además intoxicado por el consumo de una droga, a grado tal que abrió el cofre del vehículo de ella y le arrancó los cables para que no fuera a denunciarlo.
Ofelia y sus hijos fueron rescatados por amigos de la familia que la acompañaron a que fuera a presentar su denuncia.
A las dos horas, Ofelia salió de la agencia del Ministerio Público de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar para acudir a un hospital para recibir atención médica y que le pusieran un collarín, por los golpes que presenta, pero regresó a las 8 horas con sus hijas y no fue sino hasta las 20 horas cuando la psicóloga decidió atenderla.
Ofelia dijo que desde hace siete meses decidió separarse de Gabriel Pérez Ramírez, porque además de que le era infiel la golpeaba en forma violenta, lo mismo que a sus dos hijas, que —con la ayuda de la abuelita materna— van a un colegio particular.
Pero Gabriel no sólo le decía a su pareja que la engañaba, además le enviaba videos a su celular donde aparecía con alguna mujer teniendo sexo.
Ofelia, como consecuencia, alguna vez trató de quitarse la vida cortándose las muñecas de ambas manos, ahora sólo pretende olvidar y no tarda en ingresar a un nuevo trabajo.
La noche del domingo fue nuevamente atacada por su expareja.
Nos vemos cuando nos veamos.