La mediocridad del balompié nacional se corrobora en la tabla porcentual. Es lamentable que ni América ni los siguientes siete conjuntos —Santos, Morelia, Cruz Azul y Tigres— sumen más de 55 por ciento de los puntos disputados en 80 y 81 partidos. Las poderosas Águilas tienen 141 unidades derivadas de 80 duelos, que en total representan 240 puntos, Santos: 130, Monarcas: 137, la Máquina celeste: 132, Tigres: 129, León acumula 74 de 47 partidos —debemos recordar que la Fiera ascendió el año pasado—, Toluca lleva 117, producto de 81 duelos, y Tijuana suma la misma cantidad de puntos que Diablos.
Las estadísticas no engañan, ¿será por este motivo que México ya no es el gigante de la súper devaluada Concacaf? Pero el panorama es igual de pésimo en los últimos cinco equipos que tendrán de dirimir el descenso al concluir el Apertura 2013.
Chivas en 80 encuentros apenas alcanza a sumar 92 puntos para promediar un 1.1500. Le siguen los consanguíneos Puebla, con 88 unidades, derivados de 1.0864 de 81 duelos; Chiapas tiene 87 en 81 partidos, para arañar un cociente de 1.0741; Atlas, en 81 cotejos, suma 84 puntos, para un 1.0370; y Atlante alcanza 77 puntos en 81 juegos, para promediar un escalofriante 0.9506, que pone a Potros en la antesala de la División de Ascenso.
¡Nuestro futbol se pudre poco a poco o ya apesta a muerto! Los números no mienten.
El Clásico de Clásicos fue un partido mal jugado por ambos equipos; ni América ni Chivas se salvan. Es alarmante el número de balonazos mal dirigidos al arco por ambas artillerías y la falta de creatividad para desbordar por las bandas. América y Chivas han quedado a deber a sus millones de seguidores. ¡Claro! Los americanistas se sienten supermotivados por ver a su equipo en el liderato general, hasta se atreven a compararlo con Barcelona, Real Madrid, Manchester United, Bayer Munich y Milan. Pero la realidad indica que estamos a años-luz para tutearnos con las potencias europeas.
Culpables de la debacle de nuestro futbol son los dueños de los equipos, al inflar a jugadores de décima región con salarios exorbitantes, y a través de sus empresas televisivas con locutores y reporteros “a modo” para manipular el contenido putrefacto de los partidos y hacer estrellas de polvo, que con el primer viento se desintegran.
Si México derrota a Panamá en el Azteca seguramente los jilgueros de las televisoras de señal abierta dirán: “Ya estamos en el Mundial de Brasil”. Pero el Tri aún deberá ir a Costa Rica para encarar un bravo partido que definirá la repesca o el pase directo si la selección hondureña se acangreja.
 
Sencillito Puebla
El Puebla de Rubén Omar Romano confirma no ser ese equipo vigoroso y regular que celebra a lo grande victorias casuales, como la obtenida ante Tijuana hace un par de domingos. La Franja, en su visita a León, no se descompuso, simplemente no tuvo la fortuna de su lado y terminó perdiendo con un mejor equipo.