Vaya escandalera la que dejó el robo a las entrañas de la Dirección de Bienes Patrimoniales del mismísimo Charlie Hall, donde un grupo de malandros se apañaron compus, artículos electrónicos y hasta documentos oficiales, sin que hayan sido puestos a la sombra.

Y es que de buenas a primeras, al amparo de la noche y en plena madrugada del 7 de enero, un grupo de pezuñas, entraron como “Pedro por su casa” a la mentada dirección, aplicando la báscula contra todo lo que pudieron.

Eso sí, como si se tratara de un paseo por el tianguis, estas ratas de dos patas se dieron su tiempo, pa’ buscar y escoger el botín a diestra y siniestra, sin que nadie los correteara y al amparo de las sombras, aplicar la fuga en chinga.

Y es que la Netflix, mis carnales, a nadie sorprende que las lacras operen en todos los rincones de esta Puebla capirucha, pos de a tiro por viaje la inseguridad tiene en alerta a todos, sin distingos ni clases sociales.

Como quien dice, hay que andar bien pilas, pos no se sabe cuándo nos toque la voladora y uno debe ponerse al tiro, pero ¿qué pasa cuando los malandros le dan vajilla a las mismísimas autoridades?

¡Achis los mariachis!

Ahí merito es cuando tuerce la marrana el rabo, pos no es tan fácil hacerse de la vista gorda y parecer que no pasa nada. Estamos ya hablando de palabras mayores.

Como suele ser el caso, a la de a Wilbur alguien tiene que responder, pos si no son capaces de cuidarse pa’ dentro, ¿cómo le harán pa’ proteger a la banda?

No por nada, de nuez vuelve a dejar un chingo y dos montones de dudas el trabajo de la titular de Seguridad, Consuelo Cruz Galindo, pos en un lapsus de sinceridad dijo que supieron del robo desde la misma madrugada del 7 de enero.

A poco tiempo de haberse cometido el asalto, ¿y ni aún así la SSC se puso chida y desplegó todo un operativo pa’ dar y capturar a estas uñas?

Nel, mis culebras, era el momento de ponerse al tiro, pos ni más ni menos acababan de robar “la mismísima casa”, y había que limpiarse la cara de volada.

Aunque eso sí, no se cansó de señalar a la empresa de seguridad privada que chambea en la Dirección de Bienes Patrimoniales.

Y es que mientras Doña Justicia se pone las pilas y la Fiscalía cemitera le mete velocidad al caso, habrá que quedarse con las evasivas de la Consuelito que no capea cómo le apedrearon el rancho.

Ojalá que el presencio interino Adán Domínguez se dé color que esta SSC no ata ni desata y, peor aún, banda, la Consuelito está más preocupada de escapar de los valedores reporteros que acabar con la inseguridad.

Ahí se las dejo al costo.