En Puebla, como a nivel nacional, los priístas o más bien los seguidores de Alejandro “Alito” Moreno, quieren dar la percepción de que ya se está cocinando la alianza con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para el 2024.  

Y es que con la “vendida” que se dio su líder para autosalvarse el pellejo, los descobijó y ya no ven la forma de rescatarse ellos mismos.  

Entre ellos está Néstor Camarillo.

Dicho personaje, quien es presidente estatal del PRI, anda desesperado en dar una percepción o imagen irreal de su actual posición como presidente de la mesa directiva en el Congreso de Puebla.

Y desde este cargo está dando bandazos.

Un día dice que están muy bien con los panistas y si habría alianza y al otro día, doce que jamás fueron “amiguis”.

¡Plop!  

Lo cierto es que todos saben que su papel real es ser el servidor fiel de Jorge Estefan Chidiac, aunque a veces se quiera saltar las trancas y todo porque anda ya en las nubes.  

Néstor trata de vender la idea de que será él quien amarre los acuerdos con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, aunque se sabe muy bien que el interlocutor es el priísta mixteco.  

Incluso, anda volando tan alto, que cuándo llega a alternar en algún acto público con el presidente municipal Eduardo Rivera, presume (a quien no lo ve), que a él lo saludan más y que opaca al alcalde.  

De risa.  

Sin embargo, al parecer no le funciona y nadie le cree, menos al interior del expartidazo, donde está totalmente abandonado.  

Incluso los que se decían sus amigos, lo han dejado sólo.  

Todo porque todos saben que su cargo en la realidad no representa nada políticamente, ya que no hay recursos, ni plazas laborales, menos alguna prebenda.  

A estas fechas ya no tiene ninguna fuerza ni en su mismo partido y a los pocos actos que todavía hacen los priístas, nadie le hace el menor caso.

También, por su cercanía contra el vapuleado Alito, quien hay que recordar, lo colocó por dedazo como presidente estatal del PRI, pronto ya tendrá que irse del tricolor.  

Y lo hará por la puerta trasera.  

Tiempo al tiempo.

Norma y su justificación

La alcaldesa de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aarum, sostuvo a medios locales, que no pagó un peso por el tanque que se desplomó en pasados días, matando a dos personas.

De esta manera pretende lavarse la cara en el asunto.

¿Pero si no pagó la obra, por qué la inauguró tan sólo dos días antes?

¿Cuándo pretendía pagarla?

¿Qué han hecho con los 2.6 millones de pesos que costó?

¿A poco en realidad el constructor trabajó sin un solo peso de adelanto?

Y ya para finalizar las dudas ¿eso la exime?

Pena ajena.