Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Como bien dice mi abuelita “más rápido cae un hablador que un cojo”. Eso mismito le pasó al despreciable Saúl “N”, mejor conocido como el diputado manolarga, al ser vinculado a proceso por el presunto delito de abuso sexual agravado contra un menor de edad.

Y es que al diputadete federal poblano, que ya ni fuero tiene, un juez de control en CDMX le leyó la cartilla y lo retachó al Reclusorio Oriente pa’ enfrentar a doña justicia tras las rejas.

De nada le sirvió al morenista suplicar pa’ que lo dejaran libre y seguir el proceso penal como cualquier hijo de vecina, desde la comodidad de su cuchitril.

Nel, mis valedores, el Ministerio Público ahora sí hizo la chamba y aportó pruebas en su contra, por lo que seguirá en la sombra dos meses con 25 días más en lo que se resuelve la investigación.

Pero eso no es todo porque si al diputado manolarga ya le había caído la voladora, en su negro historial también le aplicaron otra orden de aprehensión, ahora por presunto abuso sexual equiparado.

Toda una fichita resultó Saúl “N” que mientras sigue guardadito en el reclusorio más cochinadas le siguen saliendo.

En una de esas, hasta colección de órdenes de captura anexa a su deshonrosa hoja de vida. Por lo mientras, todo le pinta color de hormiga y no es pa’ menos por andarle jugando al manitas calientes.

Y hablando de Morena, eso merengues le pasó al malogrado Mauricio Toledo, quien de buenas a primeras puso sus barbas a remojar y que se lanza pa’ Chile, por si la justicia lo requería por presunto enriquecimiento ilícito en sus días como delegado en Coyoacán.

Lo que no contaba era que ya sin la bendición del patrón morenista en fila india sus privilegios se esfumarían: desde quitarle el fuero hasta bajarlo de la reelección en el Distrito 5 de Puebla.

¡Sí, todo se derrumbó dentro de él! Pero además hay que sumarle a la cuenta una orden de aprehensión con todo y ficha roja de la Interpol.

De nada le servirá al Manotas Toledo andar chillando a los cuatro vientos que no confía en la justicia mexicana y que es un perseguido político.

A ojo de buen cubero sólo es cuestión de tiempo para que estos viejos aliados de la 4T terminen pagando justos por pecadores y ensuciando el nombre de Puebla que ya se lo llevaron entre las patas.

No descarten que, en un giro del destino Saúl y Mauricio, terminen encontrándose en el reclusorio pa’ echarle telón a estas aberrantes historias.

Al tiempo.