Líderes de países latinoamericanos y del Caribe emitieron el domingo una declaración conjunta para atender la migración irregular en la región y rechazar cualquier tipo de "medidas coercitivas" destinadas a frenar el flujo de personas indocumentadas, un fenómeno que en los últimos años se ha exacerbado particularmente desde Sudamérica hacia Estados Unidos.

Al término de una reunión regional, celebrada en la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, el Gobierno de México, así como delegaciones de Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, Panamá y Venezuela, publicaron el documento en el que coincidieron en que si bien las principales causas estructurales de la migración son de origen político, económico, social y los efectos negativos del cambio climático, de manera importante influyen otros "factores externos".

La nota oficial expone que "factores externos, como las medidas coercitivas unilaterales de naturaleza indiscriminada, afectan negativamente a poblaciones enteras y, en mayor medida, a las personas y comunidades más vulnerables".

Y hace "un llamado a que los países de destino adopten políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de nuestra región y abandonen aquellas inconsistentes y selectivas, para evitar producir arbitrariamente, tanto 'efectos llamada' como efectos disuasivos, tales como la regularización de ciertas nacionalidades".

El encuentro a puerta cerrada estuvo encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y contó con la participación de los jefes de Estado de Colombia, Gustavo Petro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Honduras, Xiomara Castro, y de Venezuela, Nicolás Maduro, así como del primer ministro de Haití, Ariel Henry.

Ahí, Maduro y Díaz-Canel señalaron que las restricciones económicas por parte de Estados Unidos han sido un factor para la salida de muchos de sus ciudadanos a buscar mejores oportunidades.

En el encuentro de Palenque, según se menciona en el comunicado conjunto, las partes acordaron dar prioridad a temas como la soberanía alimentaria, la protección del medio ambiente y la lucha contra el crimen organizado transnacional, además de fortalecer la cooperación entre los países Sur-Sur y los países centroamericanos.

El Gobierno mexicano, por su parte, dijo que promoverá los programas sociales como "Sembrando Vida" y "Jóvenes Construyendo el Futuro" en los países del Caribe y Sudamérica.

Este encuentro se desarrolló en Chiapas, identificado como punto de entrada de miles de migrantes que salen de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe con la intención de llegar a EE. UU., y en donde las autoridades y albergues se han visto rebasados para atender la situación.

El presidente López Obrador ha insistido, desde febrero, en la necesidad de atender la migración en la región con programas puntuales y con ello lograr que las personas que deseen irse de su país lo hagan por gusto y no por necesidad.

De acuerdo con datos oficiales, entre agosto y septiembre pasado la migración en México se incrementó un 20 por ciento, al pasar de 225 mil 311 a 269 mil 780 personas.

Con información de Xinhua.