De acuerdo con el Índice de Estado de Derecho en México, el Estado de Puebla, se ubica en la posición 27 de las 31 entidades del país, que es el mejor resultado que presenta la entidad poblana desde que se registra esta medición en el año 2018.

A decir del analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, ese indicador mide la adhesión al Estado de Derecho a nivel estatal y considera factores como los límites al poder gubernamental, la ausencia de corrupción y el gobierno abierto.

Asimismo, calcula los derechos fundamentales, la seguridad, el cumplimiento regulatorio, la justicia social y la justicia penal, cuya última medición fue realizada en el año 2022.

El académico reconoció como un hecho que la democracia no goza de "buena salud" en todo el mundo y que en la región de Latinoamérica es generalizado el sentimiento de insatisfacción con la democracia por los resultados que ofrece.

Sin embargo, dijo, es también un hecho que, en medio de tendencias globales de erosión de la democracia, otras entidades federativas han sido capaces de obtener mejores índices de desarrollo y compromiso con el Estado democrático de Derecho.

En ese escenario, dijo el coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas e Innovación Democrática de esa casa de estudios jesuita, los datos señalan que la entidad poblana está todavía lejos de dejar de ser un enclave autoritario subnacional.

Y es que, es cierto que la elección extraordinaria de 2019 supuso un parteaguas y permitió la llegada de una nueva fuerza política a la gubernatura, la debilidad de los límites al ejercicio del poder, los problemas estructurales que prevalecen en la entidad y los pobres resultados alcanzados en materia social y económica han impedido que el Estado prospere en sentido democrático.

Con todo y una segunda alternancia, dijo Alonso Muñoz, la forma de ejercicio del poder no ha cambiado radicalmente además de que persisten en el entramado institucional en la entidad poblana.

De acuerdo con la publicación 2022 del del Índice de Desarrollo Democrático de México, el Estado de Puebla se ubica en el último lugar del del ranking nacional que ordena a las entidades federativas según el desarrollo democrático a partir de 4 dimensiones.

A decir, la democracia de los ciudadanos, que son el respeto pleno de derechos y libertades civiles, el compromiso ciudadano y la ampliación de derechos, la democracia de las instituciones, que son el Estado de Derecho, la calidad de las instituciones y la eficiencia políticas.

Además, como tercera dimensión, la democracia social y humana, que son los resultados de la gestión pública que aseguran bienestar y equidad, y la democracia económica, que son los resultados de la gestión pública que aseguran la eficiencia económica.

Alonso Muñoz, recordó que, desde 2010 que se elabora este estudio Puebla no ha logrado salir de los últimos lugares de la tabla nacional y oscila entre bajos y mínimos desarrollos democráticos.